Capítulo 20.

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Siento balbuceos cerca de mi, por favor, quiero seguir durmiendo, esa es la única manera en que puedo escapar de la vida.
Tomo las frazadas de mi cama y me cubro completamente con ellas sin abrir en ningún momento los ojos.

-Por favor mamá. -Pido.

-No soy mamá Rae.

Al escuchar su voz me levanto hasta quedar sentada con una de mis piernas dobladas, tallo mis ojos en el momento en que veo su rostro frente a mi y sonrío hundiendo mi cara en su pecho. -Has vuelto.

Ryan me toma de la espalda abrazándome, siento su toque sobre mi cuerpo y comienzo a erizarme. -Siempre desafiando todo por sentir tu calor.

Coloco mi barbilla sobre uno de sus hombros, e inconscientemente niego. -Te extrañé.

-Y yo te extrañé a ti.

Me separo un poco de él para verlo a la cara. Suspiro y me lleno de valor para preguntar. -¿Co-cómo ha sido?

Ryan niega. -Cariño, no...

-Ryan...

-No te hará bien saberlo.

-Dime como fue. -Pido.

Escucho un pesado suspiro de su parte y asiente. -Estuvimos, Herman sabía a dónde ir, él, supongo que no hacia otra cosa más que acosarla en vida y también en muerte, así que debió conocer su rutina a perfección.

Estuvimos cerca a un pequeño parque, muy cerca a su casa, no hice nada más que estar a su costado.

-¿Su cuerpo desvaneció?

-Si Rae, él dejó de ser visible también para mis ojos.

Siento un pinchazo en el pecho al escucharlo de esa manera, bajo sus ojos hay unas enormes bolsas negras, sus labios están resecos y sus clavículas resaltan más que nunca, es tan hermoso luciendo tan indefenso. Me toma fuertemente y me vuelve a abrazar.

-¿Su cuerpo se desvaneció al ver a Madison? -Insisto. Sé que no debería hacerlo, pero nunca me ha gustado quedarme con ninguna duda, esto es muy nuevo para mi.

-Si. -Dice sorbiendo su nariz.

Todo esto... solo son ruinas de lo que un día fueron flores. Madison y Herman sufrieron mucho, muchísimo cuando Herman falleció, Herman no podía aceptar su muerte, y Madison, ella intentó suicidarse.

Al paso de los días, Herman colisionó en la vida de ella de una manera distinta, y poco peculiar.

-¿Ellos no podían seguir así?

-No cariño. -Responde negando. -Todo tiene un límite. Y Herman, había topado el suyo.

-No entiendo.

-Cuándo tenemos la oportunidad de volver a esta tierra, es con el compromiso de resolver nuestro mayor pendiente, el cual no nos permite descansar en paz, una vez resuelto, todo se desvanece y todo desaparece para las personas involucradas con vida.

-¿Cómo sabían que lo suyo había terminado ya? ¿Qué Herman podía descansar ahora?

-Después de los intentos de suicido de Madison, Herman volvió con ella, yo supongo que ella como tú se tachó de loca, -Ríe un poco. -terminaron por vivir su profundo y loco amor, y, un día solo Madison despertó y afrontó su realidad, Herman había muerto y por más que ellos se adoraran, él no iba a regresar.

Ese día, ella buscó ayuda en la psicología. Fue el día en que...

-Herman estaba triste. -Término por él. -El día en que fue el entierro de Noah.

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