La Razón De Estar Contigo.

Capítulo 15.

¿Alguien más piensa que deberían prohibir la tarea para los fines de semana?

Tengo al rededor de tres horas sentada en el suelo de mi habitación resolviendo estúpidas ecuaciones.

De repente unas buenas imágenes llegan a mi mente, nada comparado con la pizarra o los rostros de los profesores.

Ryan... mi Ryan. Joder me adueñé de él sin su consentimiento.

Ha pasado más de una semana de que vi a la madre de Ryan, no he podido hacerle una visita, pero trataré de hacerlo en los próximos días.

Ahh joder, ¡la tarea, la tarea, la tarea!

-¿Rae? -Escucho la voz de mi padre seguido de unos golpes en la puerta.

-Pasa papi.

Mi padre entra por la puerta y sonríe al verme en los suelos.

-Aún no has terminado.

Sonrío. -No. Tener una hija universitaria es todo un lío para ella.

-Tener una hija universitaria es todo un orgullo para mi.

Volteo a verlo, seguramente ya con los ojos llenos de lágrimas. -Papá. -Me levanto a donde él está y le doy un abrazo fuerte.

-¿Qué harás mañana domingo? -Me pregunta.

-Ah no sé, -Me encojo de hombros. -Quizá salga...

-Perfecto. Hace un rato estuve allá abajo con ese chico encantador...

-¿Con...

-Stefan, él quería verte, le dije que estabas un poco ocupada pero yo hablé con él. Quería invitarte a salir, algo así como una ida al cine pendiente.

Oh, demonios.

-Y le dije que podías ir con él.

-¡¿Qué?!

Pero papá.. yo-yo mañana tengo cosas por hacer, este.. quiero ir de compras con Noah y...

-¿Se han reconciliado ya?

Mascullo. -Mierda.

-Rae.

-No no, es solo que, papá yo...

-Espera espera, Rae, has estado muy contenta los últimos meses pero no es por ese chico, ¿No es por Stefan?

-Yo... papá.. -Niego. -No, no es por él.

-¿Ah no?

-No. Se trata de, de otra persona. -Me encojo de hombros.

Mi papá me mira sorprendido y niega. -Los jóvenes de ahora... -Dice encaminándose a la puerta rascándose la ceja. -Habla claro con ese chico entonces hija, no querrás dejar un amor resentido por ahí.

Concluye cerrando la puerta.

Carolina. No queremos una nueva Carolina rondando por ahí.

Me re acomodo en mi posición y cierro los ojos al sentir su peculiar olor.

-Ryan..

-Hola chiquita. -Dice cerca de mi.

-¿Dónde has estado? -Pregunto haciendo caso omiso.

-Oh, vaya, ¿Ahora no puedo salir? -Pregunta pícaro colocando sus manos a los costados de mi cintura.

-No, no puedes.

-Bueno, lo que diga mi chica, mañana la raptaré y la llevaré conmigo a casa, con mi madre.

Solo niego sonriendo.