Termino por llenar la fina repisa con los exquisitos y raros postres, saboreo por lo bajo zarzamoras que reposan deliciosamente en uno de ellos, doy unos vistazos a mi costado y al verme sola, me permito tomar una de las deliciosas frutillas.
-Rae.
-Maldición.
Trago rápidamente la fruta y volteo trabando de actuar normal. -Si, diga.
Fiona me ve atenta, sonríe un poco y niega. -¿Todo bien? -Cuestiona.
-Am, ¿Si?
Ella se encoge de hombros. -Si.
He venido a decirte que tú turno ha terminado.
Parpadeo incrédula, y volteó a ver el reloj sobre la pared. -Tengo 2 horas más. -Señalo.
Fiona niega. -Hoy, vendrá un chico que busca obtener empleo aquí, convencí al manager para que tomara algunos de vuestros lugares, ya sabes que entren directamente al trabajo. -Levanta los hombros negando. -Puedes ir a casa.
-Oh, -Alardeó. -Eso suena increíble. -Sonrío.
-Lo es.
-¿Te vas también? -Pregunto tratando de ser cortés.
-Oh no, -Niega. -bueno, tengo una cita, aquí.
Siento aparecer una gran sonrisa sobre mi rostro. -Que felicidad por ti Fiona.
Ella se sonroja levemente. -Gracias.
-Mucha suerte. ¡Espero que te vaya muy bien!
-Gracias nuevamente, usaré el tocador para cambiarme. -Termina por asentir y la veo marcharse.
¡Dos horas más temprano hoy! Vitage.
Me encamino hacia uno de los corredores desabrochando mi mandil y buscando mi mochila, terminar pronto tus labores siempre ha de ponerte de buenas.
Dejo mis correspondencias en su lugar adecuado y tomo mi mochila, el único inconveniente es que no tengo como decirle a Ryan que puedo ir a casa ya mismo, él había acordado en venir a recogerme pero, esperar aquí dos horas y alcanzo en casa para... bueno, inconscientemente sonrío y después de despedirme de mis compañeros con un movimiento de mano, comienzo a marcharme.
Afuera el aire helado golpea mi cara, invierno se acerca y con el los climas húmedos y fríos, me gusta.
El trayecto del trabajo a mi casa no es muy largo, no es muy habitable, es un poco solitario, justo para andar con los auriculares sin problemas o preocupaciones.
Y es que no puede haber más preocupación que él. Ryan, mi Ryan.
He tomado la decisión de vivir día a día, el día hoy, tengo a Ryan conmigo, y es lo único que importa, mañana, mañana nada es seguro pero aún resta para llegar a el.
Aparto uno de mis audífonos y volteo hacia atrás al sentir a alguien llamarme.
No, nadie.
Eventualmente ocurre que cuando tengo mis audífonos puestos a todo mundo le da por llamarme, o al menos eso estoy sintiendo ahora.
Cierro los ojos alejando todas esas ideas locas de mi cabeza, ni porque voy temprano a casa termino por estar contenta.
Vuelvo a colocar los auriculares sobre mis oídos, subo el volumen de la música esperando a que con ello pueda seguir en paz mi camino, pero solo pasan unos cuantos segundos para que los baje de mis oídos de nuevo.
Esto no es un simulacro, volteo a ver todo el tiempo los costados de la calle y estoy rogando al cielo toparme con una persona, alguien para hacerme ver a mi misma que no estoy sola, o quizá estar sola sea lo mejor.
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La Razón De Estar Contigo.
Teen Fiction¿Alguien se ha preguntado, qué hay después de la muerte? Si. ¿Hay un cielo y un infierno como algunas personas lo afirman? ¿Las personas descansan, ó sufren ahí por los hechos realizados en vida? Sin duda un tema abastecedor, del cual, podríamos di...