Capítulo 18.

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Lentamente me dejo caer en el sofá sintiéndome cansada, cruzo las palmas de mis manos entre mis rodillas y cierro los ojos sintiéndome cansada.

Noah. Mamá y yo acabamos de llegar de su entierro.

-Deberías ir a dormir cariño.

Respondo sin voltear a verla. -No tengo sueño.

-Tienes los ojos rojos y tienes ojeras.

-Solamente estoy cansada.

Mamá me da una sonrisa de boca cerrada y se encamina a donde estoy, se sienta a mi costado y hundo mi cabeza en su pecho sollozando. -Mamá..

Ella me abraza mientras acaricia de mi espalda. -Todo estará bien.

Niego y mi llanto se intensifica. -Yo no sabía..

-Rae...

No estoy mintiendo. Mi vida y la de Noah fueron abruptamente separadas pero eso no significaba que yo había dejado de quererle, por mucho tiempo pensé que ella estaba bien.

-¿Qué fue exactamente lo que te dijeron? -Vuelvo a preguntar.

-Solo eso cariño. -Responde mi mamá acomodando mi cabello desordenado. -Noah tenía 12 días que se había ido de su casa, sus padres la habían estado buscando, hay rumores de que se fue con un chico que había estado tratando, hasta ahora no se ha confirmado nada, tenía varios días enferma, cogió una pulmonía, al vivir en la calle y calentarse en fogeras esto fue aumentando, y bueno, cuando se incendiaron los contenedores cerca a donde ella se quedaba... imagina la cantidad de humo negro que recibieron sus pulmones.. sufrió unas quemaduras en su cuerpo...

-Mamá.. -Susurro para pedirle que se detenga. -Ella no lo merecía...

-No, -besa mi cabeza. -claro que ella no merecía algo así, quiero que estes bien mi niña, sube a descansar.

Cierro los ojos por última vez y asiento. Arrastro mis piernas hasta mi habitación y cuando entro a la misma me siento derrotada, cansada. Ryan ha estado afuera desde ayer, se bien que él no quería dejarme sola, lo sé porque hizo lo posible porque Herman ocupara su lugar, él dijo que me explicaría tan pronto estuviera de vuelta.

Terminó por llegar a mi cama y no vacilo en recostarme y quedarme dormida.

*

Muevo lentamente mis hombros y hundo mi cabeza en mi almohada al sentir el aire helado entrar por la ventana, estamos en otoño y en esta época el ambiente comienza a tornarse frío, y en esta área de la cuidad se siente aún más por el nivel en el que se encuentra, sin abrir los ojos me re acomodo colocando mis manos debajo de la almohada para seguir durmiendo, entonces siento su delicioso olor invadir mis fosas nasales, sonrío todavía sin abrir los ojos. -Ryan...

-Hola bonita.

Instintivamente retiro mis brazos hasta llegar a su cuello y sujetarme de él en un cálido abrazo mientas abro mis ojos. -Te eche tanto de menos. -Le digo.

-Yo te extrañé de más. -Me sonríe. -¿Cómo estás? ¿Cómo te sientes?

Mis ojos divagan por mi pequeña habitación hasta toparme con Herman, él está sentado sobre mi pequeño escritorio viendo un punto fijo, se ve extrañamente ido y triste.

-Hola Herman. -Lo saludo.

-Hola Rae. -Me dice. -¿Te sientes mejor?

Solamente sabes lo que duele y lo que se siente cuando estás pasando por la situación, quizá haya personas más dolidas y más afectadas que yo, pero yo estoy atravesando por mi dolor. Solo yo sé cómo me duele.

La Razón De Estar Contigo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora