Capítulo 06.

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-Cuando Ryan era pequeño decía que jamás iba a tener una novia, que jamás iba a graduarse y que jamás iba a irse a estudiar lejos, decía que no quería alejarse de su padre y de mi, y que le daba miedo la soledad.

Decía que jamás iba a ser un adulto porque los adultos están llenos de responsabilidades, y él lo único que quería hacer era jugar con nuevos coches de carreras.

Marilyn voltea a verme con el rostro empapado de lágrimas y niega. -Creo que nunca podré superarlo. Lo siento.

-No. -Me apresuro a responder levantándome y posicionándome en el suelo a un lado de ella. -No hablé así, aquí nadie quiere que supere la muerte de su hijo, nadie podría hacerlo, nunca. Es sólo que busco que usted comprenda el que tiene que aprender a vivir con la muerte de Ryan. Por Dios Marilyn mírese, tengo un par de semanas viniendo a visitarle y me atrevo a decir que usted luce 10 veces mejor que cuando yo la conocí.

La señora Marilyn niega en respuesta y con la palma de sus manos limpia los costados de sus ojos y mejillas. -Me ha hecho bien el tener a alguien cerca, alguien joven llena de entusiasmo y sumisa, tú Rachel es quien me ha hecho esto.

-Lo sé. -Digo tomando todo el crédito como si la idea de llevar a Marilyn al salón de belleza no hubiese sido de Ryan. -Y no pararé hasta que usted vuelva a ser la mujer fuerte y hermosa que crió a Ryan hace unos años, esa que él aún tanto ama y quiere de vuelta.

-He estado pensando en algunas cosas sabes... -Dice luego de darme una sonrisa triste. -En pocos días será el aniversario número dos de la muerte de mi hijo, qui-quizá podríamos organizarle algo, no sé, una misa en su honor, una larga visita al cementerio...

-Sería genial. -Digo interrumpiéndole. -A Ryan le encantaría, nunca fue muy devoto a Dios, pero ahora que está tan cerca de él, -Digo y volteo a mirarle. -Ó una visita al cementerio, podríamos llenar su lápida con flores y con velas perfumadas, podemos mandar personificarlas.. pero sin más llanto. -Finalizo hablando más como si fuese una orden. -Creo que ya ha sido suficiente, Ryan se ha cansado de verla triste.

Dígame. -Hablo sentándome a un lado de ella y con las manos sobre mi regazo. -¿Qué la mantiene unida al papá de Ryan si usted ya no le ama? ¿Qué demonios le impide soltarse el cabello ponerse un poco de rubor y salir a tomar un café? ¿Quién dice que las paredes de esta casa tienen que mantenerse sin color?

-Supongo que es la soledad. -Responde a modo de clavarme un puñal. -Me alejé de mi poca familia sin darme cuenta, de hecho, desde hace un par de semanas cuando usted tocó a mi puerta, yo no hablaba más que con la señora de la tienda de la esquina.

-¿Y qué le impide a buscar a su familia entonces?

-Usted si que quiere que yo salga de mi rutina ¿no es así?

-No, no es así. -Digo luego de soltar una leve risa. -Quiero que todo en absoluto en usted cambie para bien, he venido aquí para asegurarme de que usted esté bien, en todos los sentidos posibles. Es más como algo que he prometido cumplir.

-¿Y por qué? -Pregunta aún anonadada y viéndome como si se tratara de la mayor loca.

-Por el cariño que tengo hacia Ryan, ese que va más allá de si puedes ver, sentir o creer en una persona, ese cariño que comienza como algo molesto y luego se convierte en algo que traspasa personas. Quiero que esté bien por Ryan, pero también quiero que esté bien por usted.

-

-Es increíble la facilidad que tienes para con mi madre. -Habla Ryan por primera vez en un largo rato.

Hago una señal con mi mano para indicarle al camión de pasajeros que haga una parada y saco mi celular del bolsillo de mi mochila para fingir que tengo una charla a través de este. -Es solo que suelo tomar los problemas de otros como propios, -Respondo buscando un lugar dentro del camión. -cuando hay personas importantes de por medio.

La Razón De Estar Contigo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora