Capítulo 13.

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¿No les pasa?
Han estado toda su vida anhelando rotundamente el estar cerca de una persona, crean mil escenas de vosotros juntos hablando y manteniendo contacto, un rose de manos o un pequeño beso sería la gloria infinita, nerviosismo y cosquilleo, de cuando las miradas consisten por unos segundos y luego ¡boom! Todo eso sucede.

A veces, para mi, mejor dicho siempre, es más importante mantener una buena conversación con una persona, tener cosas en común, de las cuales podamos debatir, discutir y luego llegar a un acuerdo, Stefan posee todo eso, pero sigo sin sentirme completa cuando estoy con él.

-¿Estás aquí Rae? -Me pregunta haciéndome regresar a la realidad.

-Oh perdona. Me distraigo muy rápido con cualquier tontería.

-Me he dado cuenta. -Sonríe. -Eres curiosa, eso te hace muy interesante. Hace preguntarme en qué piensas tanto.

-Pienso en que eres tal y como te tenía en mi expectativa.

Las comisuras de los labios de Stefan se levantan en una amplia sonrisa. -Eso es bueno.

Le devuelvo la sonrisa acomodándome en mí lugar en la silla.

-¿Por qué no antes?

-¿Disculpa?

-Si. -Dice colocando sus manos en la mesa y acercando su rostro por medio de esta a mi. -¿Por qué no tuvimos contacto desde antes?

Involuntariamente coloco una sonrisa en mi rostro mientras continúo escuchándole.

Te veía desde hacía un tiempo, desde siempre he ido a la cafetería, y cuando comenzaste a trabajar ahí llamaste mi completa atención.

-Eres bueno disimulándolo entonces.

Stefan ríe volviendo hacia atrás. -Era divertido mirarte de reojo mientras tú me acosabas descaradamente.

Mis ojos se abren enormemente al escucharle, según yo era precavida y cuidadosa.

-Y-yo..

Stefan vuelve a reír abiertamente. -Descuida Rae, no me gustan las chicas que tratan de lucirse 'inalcanzables' -Hace comillas con sus dedos. -prefiero a las chicas que se dejan ver como son, y por lo que son.
Tú por ejemplo, eres una persona sencilla, y eso te hace tan diferente, tenemos un millón de temas de conversaciones y eso te hace tan interesante, a veces actúas como una niña pequeña a la cual tengo que terminar de criar y eso te hace lucir tan tierna.

Estaría saltando en su regazo si me hubiese dicho eso hace un tiempo.

-¿No dices nada? -Pregunta en medio de sonrisas. -Descuida, tampoco me disgusta que no hables mucho.

Siento mis mejillas calentarse a nivel extremo, cierro los ojos al sentir su mirada siempre en mi y niego.

-Dejaré que tomes aire unos momentos, mientras traen nuestra comida iré al servicio. -Dice poniéndose de pie.

Solo asiento y lo veo marcharse. Cierro los ojos sintiendo un cosquilleo y pongo toda mi atención a la nueva voz que se hace escuchar. -¿Alguien ya le atiende?

-Si, ya, gracias.. -Doy una sonrisa de boca cerrada y levanto la vista hasta verme reflejada en sus ojos, de nuevo.

-Ryan...

-Rae, -Veo alivio en sus ojos y una mueca confusa sobre sus labios. -¿Cómo estás?

-Bi-bien. -Alardeo. -¿Qué estás haciendo aquí?

Ryan levanta los hombros en señal de respuesta y al cabo de unos segundos finalmente lo oigo hablar. -He venido a atenderlos a ti y a ¿Stevan?, como parte de mi nuevo trabajo.

La Razón De Estar Contigo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora