Capítulo 02.

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Hago un ademán de sonrisa en dirección al cliente. -Buenas noches. -Digo tomando la bandeja con el pan que ya había seleccionado. -¿Requiere de algo más?

La señora niega en respuesta y puedo terminar de envolver los pequeños panecillos que había elegido, colocar el ticket sobre su mano para indicarle lo que debía pagar y ella pasa de lado para hacer el pago correspondiente con mi compañero.

Suspiré cansada y re acomodé la gorra sobre mi cabeza, sacudí el pequeño mandil que cubría mi cintura y me dispuse a atender al siguiente cliente. Hoy hemos tenido cantidad exagerada de clientes en la cafetería.

Desde hace un par de meses este es mi lugar de trabajo, mi lugar está detrás de una barra de cristal, donde se muestran los exquisitos panecillos y las caseras galletas de una de las marcas más reconocidas de café, Starbucks, mi trabajo data en sonreír más que nada, envolver y entregar los postres, agradecer por su compra y sonreír de nuevo cuando el cliente esté apunto de desaparecer por la pesada y refinada puerta.

No es el mejor trabajo del mundo, pero tenerlo es accesible, la paga es muy buena y tiene el mejor olor en el mundo.

Mi vista se encaja en la puerta al escucharle ser abierta, mis manos se sienten levemente sudadas y mi respiración se pausa por voluntad propia, cuando frente a ella aparece Stefan. Oh Stefan. Como si él siquiera te mirara. Oh vamos conciencia, no es tan malo, no si yo si le miro.

Stefan, he estado encantada con él desde cuarto grado de secundaria, cuando por accidente me golpeó con el balón en un entrenamiento de fútbol, corrió hacia mí para preguntarme si estaba bien y para disculparse conmigo, luego de eso, (coqueteamos discretamente, tan discretamente que él no sabía que estábamos en ello) no hemos vuelto a cruzar palabra.

Hasta ahora.

Dios mío, ¡Se está acercando!

Y no es imaginario, hoy no ha ido directamente por un frapé, ¡hoy se dirige hacia mi lugar de trabajo!

Quizá quiere un pan..

-Oh, buenas noches. -Saluda llegando a donde estoy.

Su manera tan perfectamente perfecta de vestir, su manera tan educada, linda y refinada que tiene al hablar, (no porque no hable conmigo quiere decir que no lo escucho hablar a veces, con personas con las que si interactúa evidentemente) a veces suele usar palabras que no conozco, aunque da igual, nunca le presto atención a lo que dice, solo a la manera en que lo dice, a sus gestos a sus facciones..

-Disculpa, ¿podrías atenderme?

¡Tierra llamando a Rachel!

Oh vaya.

-Dis-disculpa. -Hablo nerviosamente mientas juego con mis manos sobre mi mandil. -¿En qué puedo ayudarte?

-Quiero un Cheesecake Brulee de Frambuesa por favor. -Dice viendo a través del mostrador.

-Cla-claro.

Oh vamos Rae, no puede incomodarte. Al tanto de que es la primera vez que mantienen una conversación de más de 4 palabras pero..
Joder creo que nunca lo había tenido tan cerca, su completa atención está en mi, sus ojos están sobre mis manos.
A movimientos torpes termino por envolver el postre, le entrego un ticket con el monto a pagar, nuestras muñecas se rosan unos segundos y después de un leve "Gracias" lo veo alejarse a pagar, espera unos segundos su frappé, y se encamina hacia la puerta de salida.

Nuestras manos se rosaron ¿eh?

Una sonrisa traviesa se aparece en mi rostro al pensar cínicamente en lo que haré con esa mano cuando llegue a casa.

La Razón De Estar Contigo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora