Capítulo 27: "Realidad"

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Sus ojos verdes miraban fijos los míos. Podía sentir el temor en aquellos destellos de luz que emitían debido a sus lágrimas.

La ayudé a limpiarse y después ella se lavó los dientes. Todo aquello sucedió realmente lento, y ninguno dijo absolutamente nada durante esos minutos. No sabía si ella estaba pensando lo mismo que yo...quizá ella...

Iba a decirle algo, pero Ally había tomado primero la palabra.

No lo digas, por favor, no lo hagas —habló mientras se sentaba en la orilla de la cama.

Sabía a qué se refería, y no entendía realmente porqué había dicho aquello.
Sin embargo, si ella no quería que dijera nada al respecto, no lo haría. No iba a molestarla con mis ideas y sospechas, no era un buen momento, así que sólo saldría a guardar las palas y las herramientas de cultivo para después darme una ducha.

Ally no estaba encadenada, así que tenía que volverla a encadenar a la cama.
Me aproximé a ella buscando con la mirada aquella cadena plateada. En cuanto la tomé entre mis manos, me acerqué a sus bonitas piernas para tomar su tobillo contrario, ya que en el que usualmente se la colocaba, estaba lastimando.

Un sollozo brotó de sus labios y alcé la mirada, ella tenía sus manos cubriendo sus rostro mientras seguía sollozando. No me gustaba verla así, pero, ya no sentía la misma pena y lástima de antes, ya no.

—Evan... —dijo mi nombre entre balbuceos.

Después de encadenarla, me quedé allí mismo, de rodillas sobre el suelo, al pie de la cama mirándola.

—Dime.

Ally seguía cubriendo su rostro, pero aún así, las lágrimas resbalan por sus mejillas hasta llegar a su cuello.
Sin levantarme ni mover las rodillas, extendí mi brazo derecho hasta llegar a limpiar sus lágrimas. Su piel estaba levemente rojiza, ya que ella era bastante blanca, y llorar siempre la hacía verse de ese color. Ally siempre estaba guapa, no importaba qué hiciera, y aunque ella se encontraba triste en este momento, yo no podía dejar de pensar en lo preciosa que era.

—No me hagas esto, por favor —balbuceó.

Pero, ¿qué había hecho yo?, nada, yo sólo me dedicaba a cuidarla y a amarla con cada latido de mi corazón.

¿Por qué me acusaba de hacerle algo?

De verdad estaba trabajando muy duro para darle lo mejor a Ally. Ella merecía todo lo bueno en esta vida, y yo me iba a encargar de hacerla sentir como mi universo, porque ella era eso y más. Conocerla ha sido lo mejor que me ha pasado.

—Ally, por favor deja de acusarme todo el tiempo, yo sólo quiero verte feliz —le tomé el rostro con mis dos manos acunando sus mejillas entre mis palmas. —Yo te amo Ally, te amo más que nada, y quiero que te sientas amada, no quiero que temas de mi, yo sólo quiero lo mejor para ti.

Ally me miró con los ojos llenos de lágrimas. Sus ojos suplicaban algo que yo no sería capaz de ofrecerle ni de cumplirle.

—Evan, no entiendo cómo puedes decir esas cosas cuando tú y yo llevamos la misma sangre corriendo a través de nuestras venas —habló entre sollozos apartando su rostro de mis manos. —No puedo creer que hayas tomado todo de mi y aún quieras más —me empujó alejándome levemente de ella.

Estaba muy equivocada, ¿qué había yo tomado de ella?, nada, aún no me amaba como yo a ella, no me había ofrecido ni un poco de todo lo que yo he hecho y le he dado hasta ahora. Y, no necesitaba que lo hiciera, realmente yo estaba feliz con tal de tenerla a mi lado, pero, otra parte de mi...deseaba que ella me amase con locura.

Evan...Styles. (Segunda parte de "Esposo posesivo")Donde viven las historias. Descúbrelo ahora