Capítulo 5.

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Era poco más de la media noche. Mi madre y Ally estaban completamente dormidas.

Había estado esperando este momento para poder empezar la siguiente fase de mi plan. Lo que haría era muy arriesgado, pero, sería pan comido para mi. 

No quería que algún ruido hiciera que alguna de las dos se levantara, así que sólo le puse seguro a la puerta de mi habitación y me iría por la ventana. Me puse ropa negra para pasar desapercivido entre la oscuridad de las calles. Antes de salir, dejé un cronómetro que había programado para que sonara en una hora, tenía que llegar antes de eso para que no hiciera ningún ruido, era un reto personal, eso me motivaba, y era obvio que tendría medido el tiempo, contaría cada segundo en mi cabeza.

Abrí la ventana y activé el cronómetro. Bajé con cuidado de no hacer tanto ruido. Mi habitación estaba en el segundo piso, pero había dejado unas cajas de madera después de que Liam se largara, mi madre y Ally ni siquiera lo notaron. Pisé la caja con cuidado de no tambalearme y luego sólo di un salto hasta el césped. No se me complicó ni un poco. Había sacado algo más que la gran mente de mi padre, su altura, aunque, mi madre siempre dice que soy incluso más alto, pero no estaba seguro de eso.

Comencé a correr sintiendo la adrenalina viajar dentro de mis venas. Sentía cada latido de mi corazón, podía escuchar los zumbidos en mis oídos, como si tuviera auriculares y estuviera reproduciendo palpitaciones.
Pronto llegué a dónde quería.

15 minutos con tres segundos, cuatro, cinco, seis, siete...

Regulé mi respiración y miré la entrada. Las voces comenzaron a hacer presencia y mi padre estaba ahí, parado frente a la puerta... él estaba... mirándome.

Me quedé estático a la mitad de la calle. Nunca lo había visto tan claro, era real, él estaba aquí, conmigo. Siempre que lo veía, tan sólo era una silueta borrosa, como...como un recuerdo. Pero esta vez no, él realmente estaba ahí.

Caminé levantamente hacía el pórtico en dónde él se encontraba. Escuché un ruido a mis espaldas y me volteé rápidamente. Era un perro. Me di la vuelta de nuevo... papá ya no estaba.

"Evan..."

Una voz distinta sonó en mi cabeza. Nunca había escuchado algo tan claro...siempre era murmullos, susurros que formaban palabras en mi cerebro, y que podía escuchar.
Miré desconcertado hacía mi izquierda y vi la rendija que llevaba a un pasillo muy estrecho. Caminé hasta él y traté de no sonar tanto las botas sobre el césped. Había una ventana abierta. Esto me facilitaba más las cosas.

Entré cuidadosamente. Todas las luces estaban apagadas y no se escuchaba ni un sólo sonido en el aire, hasta que...

—Hijo... —era esa misma voz.

Me giré y no pude ver nada, todo estaba muy oscuro. Estaba en una cocina, podía ver las tenues luces que emitía el refrigerador al frente.
Encendí la luz y efectivamente estaba en la cocina. Inspeccioné rápidamente, papá estaba conmigo, y...no lo podía creer, estaba tan...real.

Caminé un poco más saliendo de la cocina y llegué a la sala principal. Rápidamente me puse mis guantes de látex. Maldije por lo bajo por haber olvidado usarlos antes de tocar el apagador de luz, tendría que limpiarlo antes de irme.

Encendí la luz, la sala principal se iluminó y encontré lo que necesitaba. La laptop de Liam estaba sobre una mesita en el centro.
La tomé con sumo cuidado para después meterla en una bolsa de plástico.
Estaba un poco aturdido por la voz que había escuchado. No era la de Liam, eso estaba claro. Pero...

"Evan...soy yo"

De nuevo.

Sin pensarlo busqué rápidamente a mi alrededor, nada. Y su voz había sonado tan cerca...

Evan...Styles. (Segunda parte de "Esposo posesivo")Donde viven las historias. Descúbrelo ahora