Capítulo 1.

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Desperté.

Aunque suene raro, al despertar...me encanta volver a cerrar los ojos y concentrarme en el sonido que proviene de mis venas, ese sonido tan dulce que produce la sangre al circular dentro de ellas.

Volví a abrir los ojos después de diez minutos. A veces podía pasar hasta una hora o dos escuchando, pero en completo silencio, justo lo que hoy me hacía falta.

—Evan, cariño, baja a desayunar —escuché la voz de mi madre desde la planta baja.

No respondí, sabe perfectamente que la puedo escuchar fuerte y claro.

Me levanté de la cama y me miré al espejo. Y sí, definitivamente yo era él. Tenía los rulos, los hoyuelos, la nariz y los ojos de mi padre. Él hubiera estado tan orgulloso de mí...

"Nosotros..."

Nosotros.

Me puse una camiseta y unos jeans para poder salir presentable de mi habitación y así mi madre y Ally no se encargarían de fastidiarme por mi apariencia.
Bajé las escaleras contando en mi mente los segundos hasta llegar al comedor.

Y allí estaba la mujer más hermosa que había visto jamás. Era preciosa, tenía el cabello castaño, claro, ojos verde agua, piel blanca, pestañas largas y claras, labios rosados y llenos de carne...Ally era la mujer más guapa que jamás haya existido.

—Deja de verme así, me causas escalofríos —canturreó mi hermana apartando la mirada de mi.

Sonreí por inercia, su voz me encantaba tanto como ella.

—Yo puedo hacer lo que quiera, Ally.

Ella iba a decir algo más, pero mi madre habló primero para darnos un regaño sin sentido.

—Evan, Ally, son las nueve de la mañana, ¿podrían dejar las discusiones? —habló enarcando su ceja derecha.

La miré con suma atención, mamá era bastante guapa también, aunque no tanto como Ally.

—Es Evan y su rara forma de comportarse, aún no entiende que no me intimida, cree que por ser el primero en nacer por dos minutos le da derecho de tener tanta arrogancia —murmuró quejándose y me reí.

—Puedes seguir creyendo que no te intimido, pero ambos sabemos que sí —le respondí sentándome en mi silla de siempre.

Mi madre volteó y noté su enojo en sus ojos. Me gustaba verla así, enojada y cansada de lo mismo de siempre.

—Basta Evan.

No le respondí nada más y tomé mi plato de comida, y sin más comencé a desayunar.
Mamá cocinaba con un toque espectacular, debo de admitirlo, me encantaba todo lo que preparara para nosotros, puedo sentir y casi afixiarme con tanto amor.

Mamá y Ally hablaron de cosas comunes, noticias, novedades, precios de ropa, lugares nuevos y muchas tonterías así en tan solo veinte minutos, y sé que fueron exactamente veinte minutos porque conté cada segundo, nunca puedo parar de contar.

—Evan, ¿puedes llevar a Ally a su clase de pintura?, hoy tengo que quedar más tiempo en el trabajo, no he terminado de editar unos archivos y...

No la dejé terminar, la sangre me hervía, ella sólo quería pasar más tiempo con él, maldita sea.

—Deja de mentir, sólo quieres estar más tiempo con él —mi madre me miró estupefacta.

—Evan, ya hemos hablado de eso, sólo trabajo con él, lo conozco desde hace unos años y aunque creas que estoy olvidando a... —ahora ella dejó de hablar ahorrándome el trabajo.

Evan...Styles. (Segunda parte de "Esposo posesivo")Donde viven las historias. Descúbrelo ahora