Capítulo 3.

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El sonido era gratificante. Me relajaba, sin duda era una de las cosas que más me gustaban y disfrutaba hacer.

Mirar a Ally, y escucharla dormir era extraordinariamente satisfactorio.

Cincuenta y seis, cincuenta y siete, cincuenta y ocho, cincuenta y nueve, sesenta. Acabo de pasar una hora entera mirándola dormir, y no había tenido suficiente de ella todavía, pero tenía que volver a mí habitación.

No podía parar de pensar en lo preciosa que era Ally. Siempre tenía su imagen en mi cabeza, todo el tiempo.
A su lado me siento tranquilo, y cómodo. Sin embargo, me siento extraño, y siento la necesidad de protegerla a toda cosa, de todo y de todos. No considero que Ally necesite a un hombre en su vida, a menos que ese hombre sea yo. Lo mismo pienso de mamá, no puede tener a nadie más, para eso estoy yo.

“Estamos”

Estamos.

Eran las cinco en punto de la mañana, si no me iba mi madre podría sorprenderme aquí, así que salí de la habitación de Ally para dirigirme a la mía.

Había pasado una noche extraordinaria, disfruté cada maldito segundo. La incomodidad en el aire me hacía sentir satisfecho, hasta que mamá comenzó a llorar. Después de eso ya no pude sentirme del todo bien. Pero no me detendría.
Aquí tenía dos opciones, o Liam se iba por su voluntad a causa mía, por supuesto, o yo tendría que deshacerme de él con otro método, uno más directo. Pero de las dos formas me iba a deshacer de él.

Ya estaba bastante cansado de tener que dejar a mamá estar con él cuando papá sigue entre nosotros, papá nunca murió, papá está siempre conmigo, en mi habitación, en la sala, en el comedor, en mi mente, él nunca me deja solo.

A veces yo me veo como él...me miro al espejo y en realidad me doy cuenta que nunca nos dejó, tan sólo se tuvo que ausentar.

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Lo que tenía planeado para hoy, sería la primera cosa que haría que mi madre cuestionara el amor que ella tiene por Liam. Y estaba muy emocionado por ello, tan feliz que no podía parar de sonreír desde el momento en que abrí los ojos.

Había tenido un sueño fantástico, en donde todo salía perfectamente bien, y claro que estaba dispuesto a cumplir todo aquello.

Mamá había planeado este día con anticipación, así que Ally faltaría a su dichosa clase de arte y así yo podría tenerla vigilada, y a mi lado.
Mamá quería pasar este día al aire libre, merendar en un espacio abierto bajo un árbol, como en las películas y esas cosas.

Eran ya las dos de la tarde, el clima estaba bastante agradable, el viento era constante y fresco, el sol brillaba y el cielo permanecía semi despejado, en realidad sí pintaba para ser un buen día, una lástima.

—¿Podrías dejar de estar ahí parado mirando el sol y ayudarme? —habló Ally a mi espalda.

Me di la vuelta para mirarla y le sonreí ampliamente.

—Lo que digas.

Me apresuré a meter las cosas que Ally quería al auto, llevábamos mochilas con comida, bebidas en una hielera, vasos y platos desechables al igual que servilletas.

Mi madre salió de casa cerrando la puerta a su paso. Lucía preciosa en ese vestido blanco que se agitaba ligeramente con el viento. Su cabello estaba atado en un moño alto semidesordenado y llevaba unas gafas de sol.

Evan...Styles. (Segunda parte de "Esposo posesivo")Donde viven las historias. Descúbrelo ahora