Capítulo 12.

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Afuera llovía nuevamente.
Toda la semana, en realidad.

Por obvias razones, ni Ally, ni yo regresamos a clases. Nuestra madre estaba desaparecida, no podíamos retomar nuestras vidas como si no ocurriera nada.
Nuestros profesores nos apoyaban, nos permitían hacer los deberes en casa y mandarlos por correo.

Ally estaba cada día más triste. Ya no la había visto sonreír, y, tampoco la había escuchado reír. Sólo se la pasaba deprimida y llorando. Me dolía verla así, me gustaría llevarla con mamá, así ella se sentiría mejor, ambas lo harían, pero, aún no era tiempo, todavía no le habían dado su condena a Liam, seguíamos en buscar más "pruebas", ya que él dió su propia versión de todo. Yo no había escuchado su versión, pero, estoy seguro que él me tenía involucrado en todo, lo cual me preocupaba un poco, los oficiales hasta el momento no habían hecho preguntas al respecto.

Recogí las cortinas para que entrara un poco de luz. Ya estaba oscureciendo y de por sí estaba nublado, pero, prefería aprovechar lo poco de luz natural a tener que encender el foco de mi habitación.

Guardé la agenda en el lugar secreto de mi escritorio y me dirigí a mi cama para recostarme un rato. Cuando por fin logré ponerme cómodo, alguien dió unos toquesitos en mi puerta, Ally.

—Pasa —hablé lo suficientemente alto.

Ella abrió y entró en silencio. Me miró unos segundo y se acostó a mi lado para después soltarse a llorar. Me abrazó y no me resistí a devolverle el abrazo.

—Ya no puedo más, extraño mucho a mamá —lloriqueó. —Ya quiero que la encuentren.

Le acaricié el cabello.

—Yo también, lo deseo —respondí. —No sabemos cómo se encuentra y eso me aterra —me lamenté y ella me miró.

—Liam está encerrado, ¿y si no le dejó agua o comida? —sorbió su nariz. —Morirá si él no dice en dónde la tiene... —se quedó callada.

—Todos los días pienso en ella, no hay día que no, pero tenemos que ser fuertes, mantener la esperanza —dije para tranquilizarla.

Ella asintió y se movió un poco, algo se cayó cerca de la cama. Había sonado como un bote de plástico...mis pastillas...

—Yo lo levanto —dijo e hizo un ademán para levantarse pero la sujeté de la cintura.

Cómo estaba mal recargada terminamos pecho contra pecho. Sentí su corazón latir muy cerca, estaba agitada debido al mal movimiento. Unas inmensas ganas de besar sus labios me invadieron, estaba muy cerca de mi...

—Lo siento, no quería lastimarte —dije finalmente y la liberé.

Ella me miró de una forma extraña y se levantó.

—No me lastimaste —respondió y se agachó para recoger el bote.

Me maldije por dentro, era lo que quería evitar y ahora ella lo tenía.

Lo sostuvo en sus manos y leyó la etiqueta. Su gesto cambió, parecía confundida.
Mi corazón latió aún más rápido y me levanté en seguida para quitar el frasco de sus manos.

—¿Antipsicóticos? —preguntó mirándome fijamente y escondiendo el bote detrás de ella.

Caminé más cerca, invadiendo su espacio personal. Ella por inercia retrocedió hasta chocar con la puerta.

—Explícame eso ahora, deja de asustarme —ordenó y con su mano libre, impidió que me acercara más a ella. —¿Estás enfermo?

Evan...Styles. (Segunda parte de "Esposo posesivo")Donde viven las historias. Descúbrelo ahora