Capítulo 15.

1K 77 41
                                    

La llamada del oficial Hank interrumpió mi descanso, pero aún así respondí, quería verme para darme información ahora que Liam tiene su condena y mi madre aún seguía desaparecida, lamentablemente.

Ya habían pasado cuatro días desde la condena y todo marchaba bien. Salí a ver a mamá los cuatro días, estoy confiando más en Ally para que ella pueda volver a confiar en mí. La dejo sola, pero no libre, siempre la encadeno a mi cama, así que no puede irse de allí.

Le conté a mamá la maravillosa noticia sobre Liam, los veinte años que pasaría en prisión por secuestro y desaparición. Ella lloró, lloró tanto que me harté y me fui, no entendía su llanto innecesario, debería sentirse tan feliz como yo, pero aún sigue sin aceptar que estoy haciendo lo mejor por está pequeña familia.

—¿Hoy irás a ver a mamá? —la voz de Ally inundó mis oídos y la miré. —Evan, ya casi va un mes de su desaparición, ¿no crees que ya es suficiente?, ¿la estás castigando?

Se le quebró la voz y se sentó en el suelo mirándome fijamente.

La verdad no lo había pensado así, pero creo que sí, era un castigo por querer rehacer su vida con alguien más, por olvidar a papá e incluso cometer el terrible error de embarazarse.

—Ya casi nos iremos, aún estoy pensando los últimos detalles —respondí y ella negó con la cabeza.

—¡Evan ya fue suficiente! —se levantó de golpe y se abalanzó sobre mí con los puños cerrados. —¡Ella no ha hecho nada malo Evan, es nuestra madre, no puedes hacerle eso! —lloriqueó entre gritos y golpes al aire.

La sostuve con firmeza evitando que me golpeara, pero había alcanzado a lastimarme el labio, sentía la sangre en mi boca, ese sabor metálico muy característico.

No quería hacerle daño así que la rodeé completamente, la pegué tanto a mi cuerpo que no podía moverse más, ella no dejó de quejarse, gritar y llorar, y eso podría ser un problema, los vecinos nos escucharían.

—Necesito que te calmes, Ally —murmuré en su oído.

—¡No, fue suficiente!, ¡ya no soporto no saber nada de ella! —gritó más fuerte. —¡Déjala ir!, ¡por dios Evan!

Me estaba colmando la paciencia, así que, con ella entre mis brazos me moví hasta el cajón donde guardaba los tranquilizantes, no tenía otra opción.

—¡No Evan, por favor no! —lloriqueó intentando zafarse.

Le quité la tapa a la jeringa con mucha dificultad, pero aún así logré inyectarla.

—Te odio, ojalá tú... ojalá tú hubieras... —empezó a bajar la voz y su fuerza quedó en el pasado. —Muerto... —sus ojos se cerraron y sentí un hueco en el pecho.

"Ojalá tú hubieras muerto", ¿cómo pudo haber dicho eso?

—Ally, no, no digas eso, yo te amo Ally —susurré mirando su bello rostro.

Ella ya no me escuchaba, pero era verdad, yo la amaba, la amaba incluso más que a mamá. Si Ally me pidiera irnos juntos, para siempre, lo haría, pero ella sigue prefiriendo a mamá, y sigue con sus ideas de que mamá puede rehacer su vida con otro hombre, y eso no es así, no mientras yo siga respirando.

---

No podía sacarme de la cabeza lo que Ally había dicho, era imposible, ¿cómo podría quererme muerto cuando yo vivía por ella?, Era tan injusta...tan...mala.

Evan...Styles. (Segunda parte de "Esposo posesivo")Donde viven las historias. Descúbrelo ahora