17. PROTECCION

124 10 3
                                        

ADRIEN:

Mirarla dormir era uno de mis pasatiempos favoritos, sus ojos cerrados, sus mejillas levemente sonrojadas y los labios entreabiertos, se ve hermosa.

Han pasado dos semanas y nada extraño ha pasado, la investigación se encuentra estancada pero mi pequeña está más tranquila, pero yo no puedo decir lo mismo.

No me fio de nadie, y gracias a eso fue que seguí el consejo de mi padre, contrate seguridad para Marinette y nuestro bebé, era un guardaespaldas que la seguía y vigilaba sin que ella lo notara. Sabía que si le decía que había contratado un guardaespaldas no lo aceptaría.

Acaricio su mejilla con la parte trasera de mis dedos, procurando no despertarla mientras sigo pensando en todo lo que ha pasado, intentando hacerme una idea de quién podrá estar detrás de todo esto.

Tengo enemigos, no podía negarlo, algún empresario con el que no quisiéramos hacer tratos o algún despido, pero nadie era tan sospechoso como esperaba. Incluso Lila estaba en lista, junto con Félix, Joyce y los demás chicos que no quedaron en la empresa, pero varias investigaciones dieron que ninguno de ellos tenía culpabilidad, no teníamos nada en realidad.

Marinette se remueve en la cama, sacándome de mis pensamientos y abre los ojos.

-Buenos días pequeña- murmuro acariciando su mejilla e inclinándome para besar su frente.

Ella me sonríe pero al instante hace una mueca, se incorpora en la cama y sale corriendo en dirección al baño. Me apresuro a alcanzarla, sujetando su cabello mientras vomita en el excusado.

-Odio las náuseas matutinas- murmura levantándose para después lavar sus dientes.

-Son parte del embarazo, recuerda que él doctor dijo que solo serían por las primeras semanas- digo besando su mejilla mientras la abrazo por atrás, mirándola a través del espejo.

Coloco mis manos en su vientre, apenas tenía un mes y ya estaba levemente abultado. Ella me sonríe mientras termina de lavar sus dientes y su rostro.

Regresamos a la cama, donde ella me abraza por el abdomen y apoya su cabeza en mi pecho.

-¿Me vas a seguir queriendo cuando suba de peso?- pregunta de repente, levantando su cabeza para verme y los ojos levemente cristalinos.

El doctor había dicho que durante el primer trimestre tendría las hormonas a tope, así que tendría varios cambios de humor repentinos y que debía tener paciencia. Como si no se la tuviera.

-Te voy a querer más- contesto besando su cabeza.

-¿Y si conoces a alguna mujer con mejor cuerpo?- cuestiona con el ceño fruncido.

-No le haría caso pequeña, tú eres la única- respondo con una sonrisa.

Vuelve a apoyar su cabeza en mi pecho, antes de subirse por completo sobre mi cuerpo. Levanto las rodillas para que apoye su espalda en ellas y lo hace.

-Mañana tenemos cita con el doctor- recuerdo, tomando sus manos entre las mías.

-Lo sé, me lo has recordado toda la semana- contesta con una leve sonrisa- hay algo que no te he preguntado- dice con tono más serio.

-¿Qué cosa pequeña?- pregunto.

-¿Qué te gustaría que fuera?- cuestiona mirándome con intriga.

-Nunca lo había pensado- respondo con sinceridad- sea niño o niña lo voy a amar pequeña- respondo acariciando su mejilla. Ella me sonríe antes de abrazarme, abrazo que se ve interrumpido por el timbre de la puerta. Nos miramos intrigados antes de que se levante de encima de mí y yo soy el que se incorpora en la cama para ir a atender.

WHY?//FINALIZADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora