26. A TU LADO

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MARINETTE:

Observo la lápida frente a mí a la vez que limpio las lágrimas de mis ojos. Se suponía que hoy era un día especial pero no podía evitar soltar en llanto al estar frente a la lápida de mi padre.

-Daria lo que fuera para que estuvieras conmigo este día- murmuro, limpiando con mi mano las hojas secas que se encontraban sobre la misma.

El dolor era cada vez menor, su ausencia era más sobre llevadera y lo recordaba con nostalgia y gratitud.

-Recuerdo cuando me acompañaste hasta el salón el primer día de clases cuando iba en preescolar, querías asegurarte que estaría bien por más que te insistí en que no era necesario- hablo con nostalgia, perdiéndome en mis recuerdos- también me diste una caja con macarrons para compartir con mis nuevos compañeros, siempre me dabas una al inicio de un nuevo año- sigo hablando a la nada pero esta vez con una sonrisa.

Mi celular vibra en el bolsillo de mi chaqueta, sacándome de mis pensamientos.

Alya: ¿Dónde estás?, debemos darnos prisa.

Leo su mensaje antes de volver a guardar el celular en mi bolsillo.

-Debo irme, como te dije hoy es un día especial- repito, colocando las flores que traía sobre la misma, pasando mis dedos por las letras.

Me levanto y sacudo mis pantalones, leyendo la inscripción una vez más.

-Te amo papá- susurro antes de darme la vuelta y salir del cementerio, pero sintiendo una alegría indescriptible.

[...]

-¿Podrías pellizcarme por favor?- le pido a Alya, alargando mi brazo para que lo haga y así comprobar que esto estaba pasando.

-No vas a llegar con moretones a tu boda Marinette- dice divertida apartando mi brazo.

Mi boda.

Aun no podía creerlo.

Regreso mí vista al espejo de enfrente, observando mi maquillaje que detalladamente Alya se encargó a hacer.

Estaba hecha un manojo de nervios y por suerte mis amigas estaban conmigo para impedir que entre en pánico, cosa que estaba muy próxima cada vez.

-Lista, ahora ponte el vestido que se nos está acabando el tiempo- habla mi amiga con una sonrisa.

Y pensar que la situación era al revés hace unos meses.

Me pongo el vestido color perla, no es muy extravagante pero tampoco sencillo. Cuando lo vi me enamore de él, sin mencionar que lo diseño Gabriel Agreste.

Con ayuda de Kagami el cierre sube y después me colocan el velo.

Mi cabello estaba en una trenza francesa ladeada con un broche en forma de flor al final, me lo dio mamá.

Cuando las tres ya estamos listas salimos del departamento con rumbo a la limosina que mi querido prometido insistió en rentar y que no quise contrariar. El camino a la iglesia me pareció demasiado corto, incluso iba tan sumergida en mis pensamientos que no note que habíamos llegado hasta que Alya tiro de mi brazo.

Mi corazón estaba en mi garganta y mi estómago revuelto.

-¿Y si me caigo?, ¿o si Emma empieza a llorar?, ¿o sí Adrien ya no quiere casarse conmigo?- empiezo a murmurar varias posibilidades en mi cabeza.

-Primero, no te vas a caer amiga, segundo, si Emma llora tu madre puede tranquilizarla y tercera, ¿enserio crees que Adrien ya no quiere casarse contigo?- pregunta con ironía, dejando en claro que lo que dije fue una tontería.

WHY?//FINALIZADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora