16. MIEDO

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MARINETTE:

Miedo, eso era lo único que albergaba mi mente estas dos horas. Adrien había llamado al comandante contándole lo que paso y él le había pedido llevar la caja de macarrons, para mandarla analizar. En el caso de los mensajes no tenemos ninguna pista, es un número privado y no puede rastrearse, es un caso perdido.

Cuando el comandante dijo que quería preguntar a mis padres para tener alguna pista de sus clientes me negué, no quería que se alteraran aún hasta tener algo en concreto.

Finalmente llegamos a la empresa Agreste, no podíamos dejar el trabajo botado así como así, aunque ambos estábamos nerviosos y no quería separarme del rubio.

-El comandante dijo que se comunicaría conmigo cuando tenga los resultados, cuando eso sea vendré contigo y ambos iremos, ¿de acuerdo?- pregunta, entrelazando su mano con la mía.

Asiento con la cabeza y le regalo una sonrisa, haciendo círculos con mi pulgar sobre el dorso de su mano.

Me devuelve la sonrisa y besa un costado de mi cabeza hasta que llegamos a mi taller. Abro la puerta y no me extraño cuando Adrien entra, al parecer analizando el alrededor. Se queda tranquilo cuando no ve nada sospechoso y se gira para verme, sujeta mis mejillas y besa suavemente mis labios, mandando paz y tranquilidad a todo mi cuerpo.

-Todo estará bien- susurro cerca de sus labios, queriendo convencerme de mis propias palabras.

-Eso espero pequeña- contesta antes de abrazarme.

Varios segundos después él sale del taller, dejándome sola.

Ya estaba más tranquila y con ganas de diseñar, eso me ayudara a dejar de pensar en el caos que empieza y no tengo idea de cómo va a terminar.

[...]

Cuando tengo el boceto del vestido al fin terminado suspiro feliz, antes de apresurarme a escoger la tela. Me decido por dos tonos diferentes de lino, dejo los rollos sobre la mesa y me acerco al mueble donde tengo mi set de costura. Pero me quedo estática observando una caja roja con un listón blanco, es de tamaño mediano y me detengo en observarla por varios segundos antes de tomarla con temor y ponerla sobre la mesa.

-Oye Marinette, ¿tienes hilo...?- habla Joyce entrando al taller de improvisto, guardando silencio en cuanto me ve- ¿estás bien?, te veo pálida- pregunta mirándome con curiosidad.

No digo nada, solo intercambio miradas de él a la caja, aún en shock.

-¿Alguien te trajo un regalo?- pregunta de nuevo, acercándose hasta ponerse a mi lado.

Mis manos tiemblan levemente conforme deshago el nudo de la caja para poder abrirla, miles de ideas de que podría tratarse pasando por mi mente.

Miro confundida el frasco que se encuentra dentro de la caja.

-¿Qué clase de broma es esta?- pregunta Joyce igual de sorprendido que yo- ¿veneno para ratas?- cuestiona mirando el frasco.

-No creo que sea una broma, debo irme- cierro la caja y la tomo en manos antes de tomar mi bolso y salir del taller. Tomo el elevador y subo un piso, hacia la oficina de Adrien.

Pero solo doy un paso afuera cuando lo veo, apresurándose a llegar hasta donde estoy.

-¿Qué es eso?- pregunta curioso, viendo la caja en mis manos. La abro y su ceño se frunce aún más cuando ve el frasco blanco dentro del mismo.

-¿Ya están los resultados?- pregunto con intriga, volviendo a cerrar la caja y guardarla en mi bolso cuando.

-Sí, justo apenas iba a verte para decirte- dice con una mueca, oprimiendo el botón del elevador y las puertas se abren, lleva una mano a mi espalda para que entre junto con él y así lo hago.

WHY?//FINALIZADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora