20. PRUEBAS

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MARINETTE:

Dos meses habían pasado con normalidad, tanta que me preocupaba y hacia que no bajáramos la guardia. Era como si nada hubiera pasado, hasta que la realidad me golpeaba en el rostro.

El trabajo del rubio se había vuelto más sofocante, por lo que había veces que yo regresaba sola a casa y él llegaba a altas horas de la noche, pero lo sorprendente era que no demostraba lo cansado que estuviera, siempre llegaba con una sonrisa que me hacía olvidar lo demás.

Mi embarazo iba muy bien según el doctor, las náuseas y mareos eran parte del día a día, al igual que el cansancio y los antojos, pero de ahí en fuera todo está bien.

Estábamos bien y eso era lo único que me importaba.

Me levanto de la cama con pereza cuando escucho el timbre de la puerta, por fin era el fin de semana. Adrien había llegado a eso de las dos de la mañana, me entere cuando me despertó ya que me dormí esperándolo en el sofá y ahora dormía profundamente, no quería despertarlo.

-Alya- saludo a mi amiga cuando abro la puerta, dándole un abrazo.

-Hola- dice en cuanto la dejo pasar y cierro la puerta a mis espaldas- vine a desayunar contigo, claro, si quieres- dice con una sonrisa ladeada.

-Eso no se cuestiona- respondo con una sonrisa.

Después de preparar algo, tardando de más mientras platicábamos, nos sentamos al comedor.

-¿Y cómo está el bebé?- pregunta con curiosidad.

-Muy bien, ¿te gustaría ver el ultrasonido de hace una semana?- pregunto divertida.

-Claro- responde emocionada.

Me levanto de la silla y camino hasta la habitación, tomo el ultrasonido pero antes de salir el celular del rubio empieza a sonar. Me sobresalto a la vez que me acerco para poder silenciarlo y que no se despierte.

¿Porque tendría su celular en el cajón del buró?

Le bajo el volumen y lo vuelvo a dejar en su lugar, hasta que un frasco pequeño llama mi atención, es de color ámbar transparente y contiene varias pastillas, pero no tiene ninguna etiqueta que me información.

Ya le preguntare cuando despierte.

[...]

-Ya ríndete Alya, eres muy mala- digo entre risas, a un instante de ganarle de nuevo.

Mi amiga se inclina hacia enfrente cómo si eso fuera a hacer que ganara pero pasa lo contrario.

-¡Agh!- bufa lanzando el control al sofá- no he practicado- se justifica.

-Si claro- me burlo.

-Buenos días señoritas- la voz adormilada del rubio a mis espaldas llama mi atención, haciendo que gire la cabeza y centre mi atención en él.

-Querrás decir tardes, ya pasan de la una- dice mi amiga con burla, mostrando la pantalla de su celular.

Adrien mira el reloj de la pared sorprendido, cómo si quisiera comprobar lo que dice Alya.

-Estabas cansado, así que decidí dejarte dormir un poco más- le digo con una sonrisa.

-No te preocupes, yo la he cuidado muy bien- dice mi amiga apoyando su cabeza en mi hombro.

El rubio sonríe y se acerca para besar mi frente.

-¿Quieres desayunar?- pregunto haciendo el ademan de levantarme, pero él no me lo permite.

WHY?//FINALIZADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora