WHY?//FINALIZADA

19. SIN TI

MARINETTE:

Solo puedo caminar por el largo pasillo semi oscuro por alguna razón. Bajo la vista al suelo, donde varias gotas rojas se van haciendo presentes hasta volverse más grandes.

Sangre, ¿pero de quién?

Levanto la vista lentamente, viendo un bulto en el suelo a la lejanía, me acerco a paso lento sin importarme en pisar la sangre a mis pies.

Me quedo estática al distinguir la persona en el suelo.

"Marinette"

Escucho que alguien me llama a la lejanía como eco, pero no me muevo, mi respiración se atasca en mis pulmones.

"Marinette"

Escucho mi nombre con más intensidad, pero no veo nada alrededor.

Vuelvo a ver a la persona en el suelo, su camisa esta manchada de un rojo intenso y su rostro blanco como la cera.

Es Adrien.

Mi garganta duele cuando suelto un grito, grito que no logro oír.

Y finalmente abro los ojos a la vez que me incorporo en la cama.

Lo primero que veo es el rostro preocupado de Adrien, y me veo en la necesidad de acariciar su rostro para comprobar que está conmigo.

-Está bien pequeña, solo fue una pesadilla- dice en cuanto lo abrazo. Soy consciente de que mi cuerpo tiembla notablemente y del sudor frío que recorre el mismo.

No era la primera vez que tenía un sueño de este tipo, en todos sucedía lo mismo, pero en diferentes circunstancias.

Apenas habían pasado tres días desde la muerte de mi padre. Con solo recordarlo mi pecho dolía y las ganas de llorar me invadían.

Lo extrañaba, mucho, nunca creí que pasaría algo así y ahora que sucedió no tenía idea de cómo afrontarlo.

-¿Qué soñaste?- pregunta curioso.

Siempre es la misma pregunta, pero no planeaba decirle nada sobre lo que sueño.

-Ya no importa- miento, esas pesadillas empezaban a darme pánico.

El suspira cansado pero no deja de acariciar mi cabello.

-Lamento despertarte- digo ya más tranquila, separándome de él a la vez que pasó una mano de mí frente a mí cabello, en un intento de refrescarme.

-Siempre estaré para ti- responde besando sonoramente mi frente, haciéndome sonreír.

Volvemos a acostarnos no sin antes mirar el reloj. Son las tres de la mañana y no estoy segura de poder dormir nuevamente, no quiero hacerlo.

-¿Quieres agua?- pregunta Adrien de repente y después de un par de minutos de silencio.

La verdad si quería, mi garganta estaba muy seca.

-Por favor- le pido y él se levanta de la cama.

Observo el techo en la oscuridad, bordeando con mis dedos las cuencas del amuleto que me dio Adrien y que uso como pulsera, hacer eso siempre lograba tranquilizarme un poco.

Pocos segundos después el rubio regresa a la habitación con un vaso de agua. Me lo ofrece y lo acepto con una sonrisa antes de beber del mismo.

Lo dejo a un lado cuando bebo más de la mitad y vuelvo a recostarme. Pocos minutos después mi cuerpo empieza a pesar y mis parpados a cerrarse.

Era como si me hubiera cansado de golpe y solo veo como Adrien besa mi frente antes de quedarme dormida.

[...]