ᴘʀɪᴍᴇʀ ᴅɪᴀ

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Hogwarts, sabías que era real, pero no podías creerlo hasta que lo viste con tus propios ojos. Hace menos de diez horas todavía estabas en tu pequeña habitación en Londres, y ahora estabas frente a un magnífico castillo mágico con tus dos nuevas amigas, Mary y Marlene. No eran como tú, sabían que este lugar existía desde que eran pequeños en comparación a ti, que descubriste el mundo mágico hace solo tres meses.

Durante ese tiempo aprendiste todo lo que pudiste sobre magia, pero aún así no conocías nada en comparación con las dos chicas sentadas a tu lado en el pequeño bote en dirección al castillo.

Luego una mujer de aspecto muy estricto te explicó lo que sucedería y cómo serías clasificada en una de las cuatro casas, gracias a un sombrero, quien te envío a la casa donde tus habilidades serían mejor valoradas y potenciadas.

Después la clasificación, se sentaron en la gran mesa de su casa. Cerca de ti, tres niños reían a carcajadas. El primero, tenía el cabello negro desordenado y un par de anteojos, el de la izquierda tenía ojos grises y hablaba animadamente con el tercer chico que era un poco gordito pero tenía una sonrisa muy amable.

El chico de las gafas volvió la cabeza en tu dirección y te lanzó una mirada perpleja antes de preguntar:

-¡Este jugo de calabaza es delicioso!- Lo miraste extrañamente

-¿Jugo de calabaza?- En este momento, el chico de ojos grises detuvo su conversación y te miró con sorpresa

-¿No sabes qué es el jugo de calabaza?- Sacudiste la cabeza y estabas a punto de explicarte cuando un chico de otra mesa detrás de ti habló

-¿Porqué se sorprenden?, Ella es una sangre sucia, así que obviamente no sabe nada- Luego se echó a reír junto con sus amigos. Volviste la cabeza hacia las personas que te rodeaban con una mirada perpleja.

-¿Soy una sangre sucia?- Dijiste confundida.

Ante esto, aquel tipo maleducado y sus amigos comenzaron a reír de nuevo, dejándote como una tonta y haciéndote sentir cada vez más molesta.

Estabas a punto de volver a preguntar qué significaba esta palabra cuando fuiste interrumpida por el niño con los anteojos que lo miró con una expresión enojada y determinada en su rostro

-¡Nunca digas esta palabra otra vez! Se usa como un insulto contra personas como tú, los que nacen de muggles. Algunas personas piensan que son superiores debido a su sangre, pero están equivocados. Por cierto, soy James- Dijo estrechándote la mano, parecía muy amable pero también un poco travieso.

Estabas a punto de probar esta extraña bebida cuando James te la quitó rápidamente.

- Lo siento, iba a hacerte una broma, ¿pero he cambiado de opinión?-

-¿Qué?- Respondiste cada vez más molesta por lo perdida que te sentías.

-Bueno, James y yo hemos decidido que seremos los mejores bromistas de la escuela y tú estabas a punto de ser nuestra primera víctima, ¡Soy Sirius Black!- Dijo el chico.

-Bueno, tiene razón, le pusimos una poción que te haría hipar durante una hora sin parar... Pensé que sería divertido, pero...-James dijo muy culpable y avergonzado.

No respondiste durante unos segundos mirándolo en blanco y cuando no pudiste sostenerlo más, simplemente te echaste a reír y luego te siguió el resto del grupo.

Terminaron la cena muy divertidos y un chico mayor que era el prefecto los llevo a la sala común de tu casa. Mientras les explicaban algunas reglas, para finalmente guiarlos a sus dormitorios, te despediste de aquellos chicos.

-Gracias por la no broma, por cierto, mi nombre es _______- Sonreíste mientras ibas a reunirte con tus compañeros.

James PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora