ᴀꜱɪ ᴇʟ ᴀᴍᴏʀ ꜱᴇ ᴍᴜᴇʀᴇ

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Pov. James  Potter.

— ¡Hablemos!.—

— Tan sólo te estoy pidiendo unas malditas horas, Potter.—

_______ y yo discutíamos por el pasillo de la torre Gryffindor, después de que encontrara en su túnica una tarjeta de presentación, era un cazatalentos de Quidditch y habían agendado una prueba para aquél sábado, yo también recibí la oferta, pero la rechacé.

Me sentía ofendido, sabía que la prueba no era el problema, ni el hecho de que no lo hablara conmigo, me dolía mucho sentir que dejaba a un lado nuestro sueño de ser una familia. Si, yo sabía que ella quería tomarse con calma esos planes, pero ¿Y si no teníamos tiempo?. Dumbledore convocó a los mejores alumnos, con la intención de formar la "Orden del Fénix", ambos aceptamos unirnos, pues tiempos difíciles se acercan y todos sabemos lo que trae consigo la guerra, ¿Que tanto debía pensar?.

— ¿Que pasa Cornamenta?.— Preguntó Sirius, cuando me deje caer en el sofá.

— Fue a una prueba de Quidditch.— Dije entre dientes.

— ¿Y?.—

— Me está dejando a un lado.—

— No seas dramático, Potter.—

— ¿Ahora la defiendes?.—

— No, pero ¿Que tiene de terrible una prueba?.— Mi amigo, mi mejor amigo, no me entendía.

— ¡Todo! Si la eligen se irá o no tendrá tiempo para una boda.— Me levanté de un salto, estaba harto.

— Tu sabías que...— Espetó fastidiado, a Sirius nunca le ha gustado lidiar con mis problemas amorosos.

— Si, si, yo ya sabía que quiere vivir otras cosas antes de una boda.— Caminaba frente a él en círculos, agitando mis manos sobre mi cabeza.— Pero ¿Porqué una maldita prueba? ¿No pensó en mí?.—

— Y tu ¿Pensaste en ella?.— Intervino Remus, quien venía de la biblioteca.

— ¿Tu también?.— Resopló y se sentó junto a Sirius.

— Responde, ¿Pensaste en ella?.— Insistió.

— Todo el tiempo pienso en ella, por eso hago tantos planes.—

— ¡Exacto! Tú haces planes, ese es el problema.— No podía creer que Lunático, se comportara de esa forma conmigo.— Pero, te doy la razón en algo.—

— ¿En qué?.—

— Ella hace lo mismo.—

Entendí a Remus, tenía razón, yo pensaba en lo que quería y me olvidé de sus sueños, pero no fui capaz de ver qué estábamos siendo igual de egoístas ¿Nuestros caminos se separaban? Debíamos hablar, eso era seguro.

No dije otra cosa, sólo salí al campo, caminando a prisa, pensando en lo especial que resultaba ese lugar para nosotros, allí le pedí matrimonio y ganamos la copa, todo creyendo totalmente en que ella es el amor de mi vida, aunque para ese entonces, ya no sabía si era cierto.

Me senté en las gradas, lo más cercano a los jugadores que pude, era extraño estar ahí, pocas veces fui parte del público. Fue fácil ubicarla, era la chica más guapa, instintivamente sonreí orgulloso de ella, volaba fantástico como siempre y me sentí un idiota. Esperé a que todo el espectáculo terminara, aquel hombre se acercó a ella y la felicitó, todos lo sabíamos, era la mejor.

— Estoy muy orgulloso de ti.— Murmuré en su oído y respingó, no sabía que estaba allí.

— James.— Giró emocionada y me abrazó con fuerza.— Pensé que no vendrías.—

James PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora