Perdoname

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Parte 1

Mis ojos estaban cerrados, no escucho nada. ¿Moriré? al fin, después de tanto peligro y sufrimiento ¿Al fin moriré? No podría morir así, aún tengo cosas que hacer y asuntos pendientes. Le prometí a Shinon una respuesta y ser su héroe. Jure que haría bien las cosas por Hiro, aun no puedo.

Empiezo a escuchar sonidos de angustia y desesperación, alguien daba gritos de preocupación. THOMAS. Es todo lo que podía escuchar no sabía de quien era la voz. Aunque me alegraba saber que no estaba muerto también me preocupaba saber si Shinon, Shina, Hiro y el señor Efedor estaban bien.

Escucho las ruedas de una carreta siendo arrastrada de manera muy rápida, mi cuerpo se siente agitado, frio y con miedo. Tal vez ya me había hecho la idea de que moriría y mi cuerpo ya lo asimilo.

-MALDITA SEA... ESTAM... PERDIENDOL... SEÑORI... FITORIA VEN... AQUÍ AHORA MISMO.

No reconocí esa voz. Pero ¿Quién era Fitoria? Ese nombre no lo he escuchado nunca, pero al parecer ella era como una especie de medico aquí. Estaba muriendo. La carreta se detiene, siento movimientos a mi alrededor.

-BAJENLO CON CUIDADO.

-HAYAMI, LA CHICA PELIRROJA ESTA MURIENDO AYUDAME

Shinon. Está muriendo, no puede ser, no puedo permitirlo. Pero ¿Qué puedo hacer?, estoy en una condición mucho peor al de ella. Solo me queda creer que no pasara el peor de los casos y muera. Estoy empezando a perder la conciencia, no puedo más.

Abrí los ojos, estaba en una cama y recostado. Intente mover la cabeza para poder mirar a mis alrededores, pero me dolía el cuello como para hacerlo. ¿Qué está pasando?, ¿dónde estoy?, ¿Qué paso?, ¿y los demás? Esta situación ya era muy delicada.

-Ya te sientes mejor- Se escucho la voz de una chica en la entrada de la habitación.

-¿Quién eres tú?- le pregunte a la chica de cabello morado trenzado de tal manera que quedara una traza que podría tocar el suelo levemente. Vestida de sirvienta de colores negro y blanco. Y ojos Azules oscuro, todo en ella combinaba a la perfección. Los colores de su vestido, su apariencia, Todo.

-Es cierto, no sabes quién soy porque no estuve aquí durante tu estancia. Mi nombre es Fitoria Luguna y soy una de las sirvientas de la señora Hayami.

Parece que el señor Sanico no es el único sirviente de la señora Hayami, era su curandera o algo así. Solo sé que debo agradecerle por haberme salvado. Pero en vez de eso dije:

-¿Qué paso con las otras personas que estaban conmigo?

-No te preocupes por ellos. Están bien, de hecho, ya están recuperados del todo

-¿Qué?, ¿A qué te refieres?

-Vaya, estas bien, pero te encuentras desorientado. Muy bien, pues ellos ya se encuentran bien de hecho tu eres el último en sanar del todo

-Espera, no lo entiendo

-Estuviste inconsciente diez días completos, de hecho, este es el dia once en el que estas en esta cama sin presentar ningún signo de vida.

¡QUE DEMONIOS!, estuve dormido durante diez días y no daba ninguna señal de vida. Entonces si estaba muerto, que miedo.

-Por suerte la chica de cabello blanco pudo lanzar un hechizo de protección a todos para que no sufrieran algún daño de muerte. Pero eso no los salvo de sufrir algún golpe o salir ilesos. Aunque las hermanas fueron las primeras en despertar. De hecho, la de cabello largo y pelo rosa me ayudo a sanar a los demás. La de pelo rojo y la de pelo blanco venían cada dia aquí a ver si de casualidad despertabas, al parecer eres muy importante para ellas.

Las cronicas de Roswall Volumen 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora