Unos días antes de la batalla

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Parte 1
Hoy dentro de dos días vamos a enfrentar a Saranus y a capturar a Veronica, tres de mis cuatro problemas desde que llegué a Roswall se han resuelto. Número uno, ya puedo hablar de que soy de otro mundo. Número dos, las selecciones de la reina terminaron. Número tres, pude hablar con Hiro y Shinon y aceptaron que pueda estar con las dos juntas. Ahora lo único que falta es que capture a Veronica y hacer que hable de porque me trajo a ese mundo, pero ahora sé que quiero quedarme en este mundo, solo quiero saber por qué a mí.

Y allí no acaban los problemas, aún no se si Hayami planea seguir con lo que sea que haga que sus sirvientes lo desaprueban. Aun así, espero que esto pueda resolverse con el tiempo. Virginia se proclamó la líder general para el ejército que atacará a Saranus, aún con el enorme ejército que tiene bajo su control nos obligó a entrenar cualquier forma de luchar. Me refiero a "nosotros" porque Shina, Shinon, el señor Sanico, el señor Miller, Fitoria y yo estamos incluidos en ese enorme ejército.

Hiro y Beatrice son sublíderes de todo el ejército, Virginia solo les dice que hacer. Mi horario es de primer día es entrenar con la espada con Mónica. El segundo día es reforzar mis habilidades y control del agha, así como la subderivacion de oscuridad con Shina y Shinon. Por último, haré un ligero entrenamiento para manejar el arco con Beatrice, es una petición especial mía. Y el cuarto día vamos a atacar en dónde está Saranus, ese es el horario.

Tenía puesto mi ropa común, los jeans y suéter que tenía cuando llegue a este mundo. Todos me veían con rareza, a mí no me molesta, pero aun así no me agrada que me vean as. Hoy mi día empieza con Mónica, me reuní con ella en el patio del castillo, todos están en distintas áreas del castillo, soldados de Rucuwall por allá, soldados de Shiowall por allá y soldados entrenando por todos lados.

-¿A dónde iremos?

-Es simple- dice Mónica -No puedes entrenar con la espada sin una espada, ¿No crees?

-Tienes razón, pero...

-¿Pero?

-¿De dónde sacaremos una espada para mí?

-No te preocupes por eso, hay un estante con diversas espadas para escoger. Vamos, toma una.

-¿De verdad?

-Vamos toma una, solo podemos entrenar juntos hoy.

-Aunque digas eso no me es fácil escoger una de muchas espadas.

Era un estante donde había espacio para diez espadas, seis de esos espacios estaban vacíos. Quedaba una espada de empuñadura totalmente negra, el filo era de un solo lado. Otra con un doble filo, pero y su empuñadura era dorada con una decoración en forma de estrella en la base.

Otras eran de una empuñadura que rodeaba tu mano y la última era una espada común. Escogí la espada que tenía la decoración en forma de estrella, la elegí nada más porque si no tiene nada de especial, la tomé y el quite del estante donde estaba.

-Bien, ahora tienes una espada a la cual puedes llamar tuya- dice Mónica.

-Espera... dices que la espada ya es mía.

-Si puedes consérvala, ahora toma la funda que está detrás de ese estante- señala el estante que esta atrás de mí.

Detrás de la espada había una funda que era del tamaño adecuado, también tenía un cinturón donde podía colgar mi nueva espada. Puse la espada en la funda y me puse el cinturón para poder colgar la espada, ni siquiera llegaba la espada al suelo.

-Bien ahora que tienes tu propia espada ya puedes usarla en el momento que lo requieras, entonces vayamos a buscar los bastones de práctica.

-¿Bastones? Pensé que usaríamos nuestras propias espadas.

Las cronicas de Roswall Volumen 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora