序文

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Prólogo

El día era soleado gracias al sol que estaba en su máximo esplendor, pero eso no lograba compensar el frío que hacía por la tarde, el viento de a ratos golpeaba con fuerza ocasionando que algunas cosas salieran volando. Hojas secas danzaban por los aires ayudados por brisas.

Una chica de aproximadamente doce años de pelo negro carbón y ojos azules como el mar de un brillo especial, se encontraba sentada en una banca de madera vieja con manchas de humedad en un viejo parque. escuchaba música por medio de sus audífonos mientras leía un libro de tapa marrón con las esquinas ya desgastadas por los años que tenía, la lectura era una de las mejores formas de salir de la realidad en la que se encontraba y quería estar tan ausente.

El parque al que concurría solía ser más transitado, habían ferias y conciertos, juegos y puestos de comida dónde las personas disfrutaban de salidas grupales o familiares, siendo recibidos por cálidos días. Lo cual algunas veces resultaba ser algo realmente molesto, ya que nunca se te permitía relajarte por los constantes gritos de los niños o de las personas hablando en voz alta por qué no se les escuchaba al haber tanto bullicio.

Después de lo ocurrido un 15 de febrero, se dejó en abandono total al punto de descuidarlo y no utilizarlo más, las personas dejaron ir allí por no verle lo divertido a algo que se aproximaba a su demolición y utilización para un futuro edificio.

La naturaleza se había apropiado del lugar, llenando de brillantes verdes la zona, en los troncos y bancos habían enredaderas, al igual que en los juegos, Pequeñas flores blancas hacían su distintivo en el césped. La laguna que una vez estuvo llena de personas jugando con barquitos de papel, terminó siendo hogar de pequeños peces y adorables patitos que nadaban con tranquilidad, gracias a esto se prohibió la demolición del lugar, dejandolo como campo protegido por los ambientalistas y hogar de dichos animales.

Con inconformidad se levantó de su asiento, tenía que volver a su hogar o recibiría regaños de parte de sus padres, aunque estos siempre estuvieron excluidos de todo lo que sucedía alrededor de la ojiazul, echó una vista rápida apreciando el bello paisaje y se dió vuelta para poder salir de allí, a paso lento junto a sus manos resguardadas del frío dentro de los bolsillos de su buzo, salió de aquel hermoso lugar.

La perspectiva del mundo cambiaba cuando se veía a la enorme cantidad de personas transitando por las calles, siendo acompañanados de autos que recorrían la ruta, ruidos fuertes de bocinas y tediosos parloteos. Pequeñas e insignificantes discusiones por chocar contra su bolso o simplemente desconocidos que hablan entre si preguntando la calle de tal lugar.

Aquel parque parecía un mundo totalmente diferente. Era un mundo donde el silencio reinaba y la única melodía que existía era el viento, el crujir de las hojas y los cantos de algunos insectos o aves que habitaban allí.

Con lentitud en su andar y sintiendo su cuerpo pesado, se subió al tren que para su suerte no iba tan cargado de gente, se sentó en un asiento vacío donde milagrosamente no había casi nadie a su lado. Las personas estaban uniformadas por recién llegar de su trabajo en marcha a él, caras serías y de cansancio eran lo único que tenían, la obligación del trabajo era el principal objetivo que movía a sus cuerpos sin alma.

Bajó en su estación y siguió su camino rumbo a su casa, que para su suerte estaba a menos de tres cuadras. Cruzó por el pavimento que era adornado por árboles de tronco ya seco por no cuidarlo y pequeñas flores marchitas al estar al descubierto ante el frío.

Llegó a su hogar, una casa sencilla de dos habitaciones y un baño, la fachada de esta era de solo ladrillos de apariencia vieja, entró dentro dónde solo encontró oscuridad y se sentía un el áspero frío calando sus descubiertas manos, es como si aún estuvieses fuera bajo el gélido frío del invierno del pleno diciembre.

𝗦𝗮́𝗹𝘃𝗮𝗺𝗲 ˖- Bᴀᴋᴜɢᴏᴜ ʏ Tᴜ́ ⿻Bnha⿻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora