_____ estaba sentada sobre la cama del rubio mientras leía un libro que tenía en su mochila cuando quería dejar de pensar en sus cosas, Bakugou se encontraba sentado en una silla de oficina con la vista en su computador, estaba inquieto, quería hablar y no se estaba pudiendo aguantar las ganas.
— ¡Mierda, ya me cansé! —habló de golpe acercándose aún sentado en la silla, hasta la ojiazul. Ella lo miró alzando una ceja sin comprender que le pasada— mira, no puedo tolerar que seas tan mentirosa contigo y conmigo, se que estás para el culo ¡Así que habla de una vez por todas!
— ¿De qué?
— Ahg —una vena se había marcado en su cien— no te hagas, ¡Te conozco como la palma de mi mano como para saber que te está pasando algo!
— Entonces no conoces bien tu mano.
— Mírame —la tomó de los hombros obligándola a mirarlo— se que estás pasando por un mal momento pero también sé que aquella vez en el parque no fuiste lo suficientemente sincera contigo y no soltaste todo lo que te hacía mal —estaba haciendo el esfuerzo para no decir nada fuera de lugar— ¡¡Deja de mentir de una maldita vez!!
— ¡¿Y tú siquiera crees que me gusta hacerlo?! —preguntó sintiéndose sofocada— ¡Es una jodida mierda lo que estoy viviendo! Personas en las que confíe me mintieron en la cara, ¡¿Acaso crees que eso me satisface?!, ¡Si, soy una mentirosa, lo se! Pero es la única forma que encuentro de no desmoronar me y llorar a mares lamentándome de todo, mierda, no quiero llorar, no quiero sentir mis ojos arder o mi garganta doler por la presión, tampoco quiero dar pena.
— Ahora mismo estás dando pena.
— ¡No seas tan estúpido! ¿Al menos mides tus palabras? —se cubrió el rostro con su libro para que no la vea— no me gustan las mentiras porque al fin y al cabo terminan lastimando, pero aún así me miento a mi misma, para no decaer. Me molesta, obvio que si, pero si me rindo ahora y me dejó consumir por el dolor siento que ya no podré seguir más.
Bakugou miraba de brazos cruzados a _____, había logrado que soltará un poco de aquel gran peso que cargaba encima y eso lo hacía sentir mejor, o al ambos aliviado.
— Entonces busca gente en quien confiar, se perfectamente que la confianza se gana, no se regala así que acude a aquellos que nunca la traicionaron y que al día de hoy, sabiendo de tus cosas malas, siguen estando ahí. Primero, habla con tu tía y el estúpido de tu primo, escucha lo que tengan que hablar y después ve que tengas que hacer —dijo regresando a su ordenador para seguir jugando— es tu decisión, a mi no me afecta en nada.
La habitación volvió a quedar en silencio, la pelinegra no esperaba que Bakugou le hablara con tanta naturalidad y de forma tan calmada, lo tenía como el tipo de persona que no puede entablar una conversación sin gritar o insultar.
— Bakugou.... —habló en hilo de voz pero este la escucho igual.
— ¿Qué?
— ¿Cómo... Cómo era nuestra relación antes de que me fuera? —el rubio se tensó al escucharla preguntar eso, había sufrido mucho cuando en ese entonces su mejor amiga se había ido sin despedirse de él.
¿Cómo era su relación? Pues eran unos niños a los que les gustaba hacer desastres y pelear entre si por cosas realmente estúpidas, se cuidaban entre si y soñaban con ser grandes héroes, crecer juntos, seguir con sus juegos. Pero esos bellos momentos se los obligó a olvidar, no encontrarla más en el parque, no verla durante meses y prácticamente intentar olvidarla por más de un año. Su relación era igual de linda que cualquier amistad infantil.
— ¡Chicos, ya está la comida! —informó Mitsuki desde abajo después de terminar de cocinar.
— Vamos antes de que la bruja se enoje por tardar en ir —dijo Bakugou levantándose de la silla con pereza.
La ojiazul hizo lo mismo y abrió la puerta de la habitación para poder bajar, se sentía incómoda o al menos desde que hizo aquella pregunta y Bakugou solo se quedara en silencio, esa era una respuesta más que suficiente para entender que no era necesario preguntar.
Ambos ayudaron a poner la mesa bajo la atenta mirada de Mitsuki quién se había percatado que entre esos dos sucedió algo, y no lindo como ella quisiera. La cena transcurrío entre risas y preguntas de parte de Mitsuki, _____ las respondía con total sinceridad.
— ¿Segura que no te quieres quedar a dormir cariño? —preguntó por décima vez preocupada.
— Sip, tengo que resolver algunas cosas —sonrió poniéndose las zapatillas— gracias por la amabilidad, incluso después de haber llegado sin avisar —habló con nerviosismo por sus actos.
— No te hagas problemas, eres bienvenida así que ven cuando quieras —la abrazó de forma cariñosa y la soltó para que pudiera irse a casa— Katsuki, acompañarla.
— ¡¿Qué?! —dijeron ambos al mismo tiempo, el rubio se cruzó de brazos con notable enojo.
— ¡Vive al lado, no la pienso acompañar!
— ¡No hace falta Mitsuki! —se adelantó la ojiazul— vivo al lado, así que estaré bien —abrió la puerta, Bakugou ni aunque lo obligan iría y ella tampoco quería estar a solas con él, la incomodidad aún seguía en su cuerpo.
— ¡Katsuki! ¡Sé un caballero y acompaña a tu amiga a su casa! —le golpeó la cabeza a su hijo como regaño por no hacerle caso— ¡Ahora ve!
— ¡No lo haré maldita bruja!
— ¡Respeto a tu madre!
_____ miró con una gota bajando por su cien la escena entre madre e hijo, intentó decir algo pero le daba algo de miedo el interrumpir aquello tan lindo que ellos llaman cariño.
— Eh... Perdón... —intentó decir pero no le hacían caso— ¡Gracias Katsuki por prestarme el buzo y la campera, adiós~! —ambos la miraron, la mayor sorprendida por el acto de caridad que hizo su hijo— estuvo rica la comida Mitsuki.
— Me alegró cariño —sonrió abrazando por los hombros con fuerza— ven cuando quieras.
— Si~ —salió despacio notando como Bakugou se daba cuenta de lo que había dicho.
— ¡¡ESPERA!! ¡NUNCA TE PRESTE MI BUZO Y MI MALDITA CAMPE....! —cerró la puerta antes de que su amigo termine de hablar entre gritos.
Soltó un suspiro y caminó unos pocos pasos hasta su casa, dónde tocó la puerta ya que no tenía la llave. La puerta se abrió dejando ver a su primo quién se alegro al verla frente a él.
— Vamos a hablar, pero esperaré por tu mamá —informó ______ ganándose una mirada de sorpresa y tristeza por como le habló.
"Vamos a hablar" "tu mamá" esas simples palabras hicieron que el corazón de Ian se estrujara.
ESTÁS LEYENDO
𝗦𝗮́𝗹𝘃𝗮𝗺𝗲 ˖- Bᴀᴋᴜɢᴏᴜ ʏ Tᴜ́ ⿻Bnha⿻
Diversos"𝚌𝚞𝚊𝚗𝚝𝚘 𝚖𝚊́𝚜 𝚎𝚡𝚊𝚖𝚒𝚗𝚊𝚖𝚘𝚜 𝚞𝚗𝚊 𝚑𝚒𝚜𝚝𝚘𝚛𝚒𝚊, 𝚖𝚊́𝚜 𝚝𝚛𝚒𝚜𝚝𝚎 𝚜𝚎 𝚟𝚞𝚎𝚕𝚟𝚎" «"¿Me podrías salvar del falso mundo en el que me encuentro?"» «"sálvame del dolor que abruma a mi pecho"» «"por favor no seas egoísta y pien...