𝗦𝗮́𝗹𝘃𝗮𝗺𝗲 ˖- Bᴀᴋᴜɢᴏᴜ ʏ Tᴜ́ ⿻Bnha⿻

第十章

Salió de la escuela con una de las correas de la mochila sobre su hombro, quería llegar a casa para poder seguir leyendo aquello y tal vez investigar lo sucedido. Pero si quería encontrar más pistas, debía de ir a aquella casa, el problema es que no sabía si estaba abandonada o si alguien vivía allí.

Solo es casi una hora de viaje por tren, si iba ahora su tía no se daría cuenta ni preguntaría, podría poner excusa de que fue a pasear por allí —aunque eso sería poco creíble.

Decidida, se dirigió a la estación de tren para poder ir, con rapidez caminó hasta su destino, el cual por suerte quedaba cerca. Entre debates mentales de si era buena idea o no ir, se adentró dentro de la estación de tren. Al llegar sacó su teléfono es un vano intentó despejar su mente.

— ¡____! —al escuchar siendo llamada se quedó quieta sin saber que hacer, mordió su labio inferior y haciendole frente al posible peligro inminente, se dió vuelta, frente a ella se encontraba Eijiruo y el rubio cenizo, los miró confundida.

— ¿Qué hacen aquí? —preguntó mirando directamente a su amigo.

— Cuando te vimos salir te llamé pero no me escuchaste, además, vimos que estabas algo... Diferente, te veías nerviosa o incluso asustada —empezó a hablar Eijirou— así que te seguimos para poder ayudarte si es que lo necesitabas. —terminó de explicar con una sonrisa nerviosa.

— ¡No hables en plural estúpido! —gritó de repente su acompañante— ¡En primer lugar, yo no quería seguir a la perra vudú, y en segundo...! ¡Me importa una mierda su vida! ¡¿Por qué carajo me arrastraste hasta aquí pelo mierda?!

— ¿"Pelo mierda"?

— ¿"Perra vudú"? —repetió con disgusto— ¿Quién mierda te crees perro rabioso? —escupió molesta remangandose una de las mangas de su camisa.

— ¡¿Cómo mierda me llamaste idiota?! —se acercó a ella de forma amenazante.

— ¿Eres sordo? —le preguntó levantando una ceja, junto a una pizca de soberbia, él se enojó aún más e hizo explosiones con sus manos.

— Bueno... Ya basta —pidió Eijiruo nervioso— vamos dejen de pelear niños.

— ¡Cállate! —le gritaron ambos al mismo tiempo, se miraron sorprendidos para luego sacarse chispas entre si.

— Ya llegó el tren, vamos —avisó Kirishima arrastrando los dentro del medio de transporte sin importarle que sus amigos se estén gruñendo como perros— que vergüenza me dan, si no fuera un caballero los dejaría tirados por ahí. —_____ se cruzó de brazos, con la poca paciencia que le quedaba intentó contenerse.

— ¿Qué vienes a hacer por aquí?

— Quiero ver algo —respondió mirando directamente a los ojos a Kirishima, siendo cuidadosa con lo que decía.

— ¿Y que es ese "algo"? —quiso indagar más en el tema con algo de temor en la respuesta de su amiga.

— Algo. —susurró— tal vez mi pasado -dijo con la mirada seria queriendo dejar de hablar del tema.

Ambos se quedaron en silencio, Kirishima sabía de la condición de su amiga y la entendía —o al menos sabía que no podía recordar su pasado— en cambio Bakugou miraba a la ojiazul con inquietud, un sentimiento tortuoso se revolvió dentro de él.

— No me miren tan fijo —pidió incómoda— es feo que te miren así.

— Eres débil —escupió con asco el rubio— me importa una mierda lo que quieras hacer.

Rodó los ojos por su comentario, lo último que quería escuchar era algo saliendo de su boca.