CAPÍTULO 14

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Después de regresar de la escuela la ojiazul había estado revisando algunos libros que estaban en aquella caja que colmó sus pensamientos, ahí había información de su quirk, información útil que la haría descubrir el verdadero potencial de su poder.

Mientras ella esperaba sentada el estreno de una nueva serie, miró sus manos y sus dedos, por dentro podía sentirse algo orgullosa de al menos haber podido progresar un cero coma cero porciento —peor es nada.

— Te queda bien el rodete, pareces peinada —se burló sentándose en el sillón individual que estaba al lado de la ojiazul. Miró de reojo a su prima y sintió pesar al ver aquello que se notaba detrás de la oreja de la joven. Esa sería una marca de por vida.

— ¿Que sucede? —preguntó ella sintiéndose incómoda por tener esa mirada encima.

— Nada —negó fingiendo sonreír— solo...

_____ sabía a qué se refería, su tía tenía la misma expresión siempre que andaba con un rodete, al principio pensaba que a Isabella no le gustaba que se peine así pero después de entender un poco la situación supo que tenía algo; como una marca que sobresaltaba. Intentó verse con un espejo de mano pero nunca vio nada, tampoco sentía la piel razposa o dañada cuando pasaba el dedo.

Con el tiempo olvidó aquel tema, empezó a cortarse el pelo y a dejárselo siempre suelto, se sentía cómoda así. Aquel suceso también es del porqué a ____ le incómoda que la miren tanto, sentía que la estaban despreciando por haber algo mal en ella.

Si, por lo que pasó con ella ahora se acompleja demasiado con ella misma, por eso se esconde bajo su ancha ropa y deja su pelo suelto para que nadie vea lo que la hace sentir tan incómoda.

— ¿Cuánto falta para que se estrene tu serie? —habló él llamando la atención de la chica que estaba sumisa en si misma de la peor manera posible.

— Una hora —Ian abrió los ojos sorprendido sin dejar de comer los pochoclos que había preparado su prima para comer mientras veía el episodio.

— ¿Que vas a hacer durante este tiempo?

— Mirar lo que sea que den en la televisión, usar mi celular o simplemente comer hasta que llegue la hora.

— Eres un desastre —rió de forma burlona ganándose una mala mirada de parte de ella.

— ¡Ya estoy en casa! —avisó su tía entrando por la puerta de la entrada con una sorpresa— oh, ya están aquí —los miró sorprendida— que raro que no se estén peleando.

____ solo le sonrió a su tía con delicadeza, aún se sentía algo... Rara cada vez que hablaba con ella, pues saber aquella verdad tan deprimente y desastrosa y que su misma familia se lo esté ocultando, le molestaba mucho. Le jodía ser engañada con tanta constancia.

Isabella se había dado cuendo de ello, sabía que algo le estaba pasando a su sobrina pero no sabía qué, siempre fue muy poco expresiva y no hablaba de sus problemas por lo que le era difícil entenderla.

— Por cierto, ____ tengo un regalo para ti —dijo la mayor dejando una pequeña caja sobre las piernas de su sobrina.

La joven la miró confundida para luego quitarle la tap a la caja de cartón, encontrando dentro un pequeño felino de color negro durmiendo plácidamente sin darse cuenta de lo que pasaba a su alrededor.

— ¿A quien se lo robaste? —habló Ian con burla mirando a su madre.

— La vecina me lo dió, ella no podía cuidarlos a todos así que lo adopte, tengo un collar con una campanita que seguro le va gustar —lo dejó al lado de la joven y se fue a la cocina para empezar a cocinar.

𝗦𝗮́𝗹𝘃𝗮𝗺𝗲 ˖- Bᴀᴋᴜɢᴏᴜ ʏ Tᴜ́ ⿻Bnha⿻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora