Nuevos mestizos,la Hidra de Lerna y un grupo de hembristas:

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Capítulo 6:

Era el jueves previo a las tan ansiadas por los estudiantes, vacaciones de Navidad, y la noche se cernía sobre la gran manzana, la ciudad que nunca duerme se iluminaba con el fulgor de las luces artificiales mientras progresivamente la luz natural se desvanecía.
Observando desde su ventana como la luz de Apolo daba paso a la luz del ingenio de los hombres se encontraba un chico de imponente apariencia, su estatura rondaba el metro ochenta y poseía una impresionante musculatura, un largo y alborotado cabello negro y unos profundos ojos verde mar.

Su rostro poseía rasgos afilados y definidos, en perfecta proporción, pero había una marca que resaltaba  en el mismo.
Una larga cicatriz que iniciaba algo encima de su ceja derecha y descendía en vertical hasta su pómulo, atravesando su ojo derecho, que, extrañamente, permanecía intacto.

No era la única cicatriz en el cuerpo del chico, puesto que en sus brazos y torso había algunas casi imperceptibles, aunque había una en forma de estrella que resaltaba, situada en la parte media de su espalda, en paralelo a un punto medio entre su codo y axila.

El nombre de este peculiar chico era Perseus Jackson, semidiós griego, hijo de Poseidón, Campeón de Ares, vencedor del Minotauro, asesino de Polifemo, recuperador del rayo maestro de Zeus y del Vellocino de Oro, y, hasta hacía unos meses, único candidato a ser protagonista de la Gran Profecía.

El chico de catorce años, que fácilmente podría pasar por uno más mayor, se encontraba inmerso en sus pensamientos.

Desde la “vuelta a la vida” de Thalia Grace, hija de Zeus, y la conclusión de su misión de búsqueda y recuperación del Vellocino de Oro el Verano pasado, el ambiente en el campamento mestizo y entre los dioses se había enrarecido.

Para los dioses y semidioses más sensatos, así cómo para Quirón, responsable del campamento de entrenamiento de héroes, no cabía duda de que se encontraban ante el inminente regreso de Cronos y el inicio de una guerra que amenazaba con acabar con la civilización occidental.

Por ello, Percy había redoblado su entrenamiento junto a sus maestros, Leónidas,Aquiles y Alejandro Magno, así cómo con su patrón Ares, al mismo tiempo, sorprendía a su madre al convertirse en un alumno ejemplar con un registro de comportamiento y de resultados académicos casi perfectos.

Sin embargo, casi no había mantenido el contacto ni con Quirón ni con sus amigos del campamento, por ello, se sorprendió cuando Quirón le contactó a través de un mensaje Iris para encargarle ir como líder a una misión de apoyo a Grover, parecía ser que el sátiro había encontrado a un dúo de mestizos bastante poderosos en un internado militar.

Percy suspiró, y se estiró para deshacerse de la tensión que sentía en sus hombros. “Ya tengo todo listo, será mejor que descanse, no sé qué me podría encontrar mañana.” Pensó antes de apagar las luces de su habitación y meterse en la cama para ser inmediatamente abrazado por Morfeo, en un nada peculiar, sueño tranquilo y reparador.

---Salto de escena.---

El viernes por la tarde, y tras recoger a Thalia y Annabeth, las otras dos miembros del grupo de apoyo, la madre de Percy, Sally Jackson, los llevó en coche a Bar Harbor, en Maine, un largo trayecto de ocho horas.

El agua nieve caía sobre la autopista, y el nerviosismo era palpable en el coche, los tres amigos hacía meses que no se veían, pero ambas chicas estaban demasiado nerviosas como para conversar, y Percy, por su parte, estaba tranquilamente en su asiento, con los ojos cerrados, escuchando a su madre.

Sally Jackson liberaba su nerviosismo a través de una ráfaga tras otra de anécdotas e historias de la niñez de Percy, cada una más embarazosa y vergonzosa que la anterior.

Percy Jackson, Campeón de los Dioses.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora