Fragmentos, tercera parte:

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Capítulo 20:

Fragmentos; tercera parte:

—Langley, Virginia.—

El cuartel general de la CIA en Langley era un lugar extraño, una serie de oficinas no distintas de las de cualquier empresa civil ocupaban la mayor parte del edificio.

Y es que, para la sorpresa de los profanos en el arte, la recopilación de inteligencia se realizaba mayoritariamente por canales legales, civiles y comunes, tales cómo noticias, datos y registros públicos o, cada vez más, a través de las bases de datos de internet. (recordad que los libros de Percy Jackson transcurren alrededor de 2010)

No, a simple vista los cuarteles de la agencia no eran gran cosa.

Pero la cosa cambiaba en los niveles inferiores, bajo la superficie, se encontraba uno de los muchos centros de análisis de información de la agencia, una serie de salas y túneles equipados con la más alta tecnología dónde trabajaban algunos de los mejores agentes de inteligencia del mundo.

Fue en ese sitio reservado para los analistas más selectos que Samantha Ellis vio por primera vez el perfil de Perseo Jackson, cortesía de los analistas del DEVGRU, que pasaban los perfiles más sospechosos de entre sus candidatos a la CIA para su evaluación.

A primera vista, su perfil no era extraño, peculiar, puesto que era raro que un joven con sus calificaciones y talentos deportivos decidiera entrar en la armada, pero no inédito...ella misma se acordaba de un candidato así, uno de los mejores operadores de la historia, aunque él estuvo varios años en los marines y posteriormente en los rangers antes de presentarse al proceso de selección.

No, lo extraño salía a la luz cuándo se realizaba un estudio más exhaustivo.

Numerosas cicatrices, aparentemente causadas por un accidente automovilístico, plausible, pero tras cotejarlas el programa arrojaba menos de un 1% de posibilidades de que un accidente con las características del parte (salida sin control de la carretera, impacto contra el guardarrailes y numerosos árboles antes de detenerse el vehículo tras volcar) pudieran ser la causa de las mismas.

A parte de eso, estaba el hecho de sus ausencias en veraniegas, aparentemente debido a sus estancias en un campamento de verano, pero esa afirmación se veía contradicha por numerosos avistamientos e imágenes del joven por todo el país durante sus supuestas semanas en el campamento.

Por último, un incidente "menor", al parecer había sido secuestrado y, tras luchar contra su secuestrador, había sido capaz de escapar...mientras, supuestamente, estaba en el mismo campamento de verano al que atendía todos los años.

Y, sin embargo, el resto de su familia estaba limpia, y tampoco había motivos de fuerza mayor para derogar su candidatura para el programa.

Samantha Ellis frunció el ceño antes de que su mente se quedara inexplicablemente en blanco, y como guiada por un automatismo, aprobara el perfil de Perseo.

Nunca notó nada extraño, y desde ese momento fue cómo si ella misma hubiera aprobado al operador Perseo Jackson.

Desde las alturas del monte Olimpo, Ares y Hermes sonrieron, aunque dicha sonrisa era irónica, y algo triste.

Su trabajo estaba hecho, desde ese momento, Percy estaba sólo.

—Un año después de la batalla de Manhattan, Kamdesh, Afganistán.—

Percy Jackson observaba con ojo crítico las montañas alrededor suyo.

Escarpadas moles rocosas cubiertas de matojos y arbustos que oscurecían todo a su alrededor con sus sombras ese lúgubre atardecer.

Percy Jackson, Campeón de los Dioses.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora