La llama del sacrificio:

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Capítulo 15:

Percy dejó que su cuerpo se hundiera hasta el fondo, dónde disfrutó de la paz y tranquilidad que le otorgaba el reino de su padre.

Poco a poco, su cuerpo adormecido y el rumor calmado del agua le hicieron sumirse en un profundo sueño.

Sin embargo, no apareció en la llanura dónde entrenaba, ni vio alguna visión del pasado, simplemente abrió los ojos en una negrura absoluta.

"Perseus Jackson." Dijo una voz apenas susurrada. "Hijo de Poseidón, vencedor del Minotauro, recuperador del rayo maestro, Campeón de Ares, asesino de Polifemo."

"Aquel que halló el vellocino de oro, derrotó a la Hidra de Lerna y el León de Nemea, domó al jabalí de Erimanto, venció al titán Atlas y sostuvo el peso de Urano." Dijo otra voz, escalofriantemente similar a la anterior.

"Comandante del ejército mestizo, destructor de Campe, Rey de Esparta." Susurró una tercera voz, apenas discernible de las anteriores por una leve ronquera.

"¿Rey de Esparta?" Pensó para sí mismo Percy.

"Todo será revelado a su debido tiempo, hijo de Poseidón." Dijo la primera voz.

Finalmente, Percy reconoció las voces, y se estremeció.

Eran las moiras.

"No has de temer, joven héroe, tu destino ha estado escrito desde el fin de la era de oro." Las palabras de la segunda voz, resonaron en la oscuridad.

"Ya te revelamos cuál era tu destino, Perseus Jackson." Retumbó la tercera voz.

"Morirás antes del fin de esta guerra." Sentenció la primera voz.

"Adiós, campeón de la guerra, el momento se acerca, el hilo de tu vida se desgarrará, dando a luz a una nueva era." Dijeron las tres voces al unísono.

Percy contuvo un escalofrío en la soledad de la oscuridad.

Pero no estuvo mucho tiempo solo.

Porque su patrón, Ares, habló en su cabeza.

"Perseus, muchacho." La voz de Ares sonaba algo entrecortada. "Esas eran..."

"Si, mi señor, eran las moiras." Confirmó Percy en voz baja.

Se hizo el silencio, por largos minutos ninguno de los dos habló, pero Percy sabía que estaba ahí, sentía su presencia.

"¿Hay algo que necesito saber?" Preguntó Percy.

"Si te refieres a lo último que te han dicho, sí, hay algo que tienes que saber, pero ha de ser en otro momento, ahora no tenemos tiempo."

El Percy de años atrás habría increpado al dios, pero el hijo de Poseidón había cambiado, en muchos aspectos era una persona completamente diferente, y guardó silencio.

"Nico Di Angelo planea recuperar a su hermana, está siendo aconsejado por el fantasma del Rey Minos."

Percy no dijo nada, estaba aturdido por la imprevista revelación de su patrón, que estaba, claramente, violando las leyes antiguas.

"No te preocupes por las repercusiones que las leyes antiguas tendrán en mí, Perseus, el destino del campamento es más importante." Ares intentó tranquilizar a su campeón, era una decisión que había tomado siendo plenamente consciente del riesgo al que se enfrentaba.

"Confío en tí, Perseus." Dijo el dios a modo de despedida.

Percy abrió los ojos, de nuevo en el fondo de la bahía de San Francisco, y, cómo una exhalación, salió disparado hacia la superficie, una vez emergió, subió con pesadez las escalerillas del muelle (el cansancio y dolor producto de sus heridas, aunque apaciguado, no se había ido)

Percy Jackson, Campeón de los Dioses.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora