La decisión que puede condenar al Olimpo:

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Capítulo 8:


Tras llevar al Oráculo de vuelta al desván, Quirón y Dioniso convocaron un consejo de guerra alrededor de la, desde el punto de vista de Percy, muy poco apta mesa de pin-pon.

Para Percy también sobraban los aperitivos, en la guerra no había lugar para lujos, y aunque él no era tonto y disfrutaba de todas las comodidades posibles mientras le fuese posible, nunca mezclaba placer con oficio, y su oficio era el combate y la guerra.

Los líderes de cabaña, Grover, Zoe y Bianca se sentaron en torno a la mesa, totalmente polarizados, en un extremo, las cazadoras, en el otro, los campistas, que estaban en torno a Percy y Thalia, que estaban sentados juntos.

Cuando todos estuvieron juntos, Quirón tomó la palabra para iniciar la reunión.

"Bien, ya que estamos todos aquí..." Empezó el centauro antes de que Zoe le interrumpiera.

"Esto no tiene sentido, no hay tiempo para charlas."

Cabe decir, que a ninguno de los campistas les gustó la descortesía de la cazadora, parecía que Beckendorf iba a decir algo, pero Percy alzó la mano y le contuvo.

"Te rogaría, cazadora, que guardes un mínimo de educación, eres una invitada en este campamento, no lo olvides." Dijo Percy, tajante.

"¡Pero es que no hay tiempo! Nuestra diosa nos necesita. Las cazadoras hemos de partir de inmediato." Volvió a insistir.

"Zoe Belladona, planificar la misión de búsqueda no es ninguna pérdida de tiempo, ahorra vidas y aumenta las probabilidades de éxito." El tono de Percy era completamente desapasionado.

"Además, te olvidas de que aún no se ha celebrado el duelo entre tú y Percy." Apuntó Thalia.

Parecía que Zoe iba a decir algo, pero el hijo de Poseidón habló antes.

"Retiro el desafío."

Los murmullos de incredulidad enseguida hicieron acto de presencia.

"Al final no eras tan valiente..." Dijo Febe, otra cazadora que estaba en la reunión.

"Uy si, Percy le va a tener miedo a la chica a la que podría haber matado en un instante en la partida de captura la bandera, muy creíble." El sarcasmo de Thalia hizo reír a todos los campistas, incluso Percy sonrió ligeramente.

Cuando las carcajadas cesaron, Beckendorf señaló otra circunstancia, haciendo que la furia de la cazadora se disparara.

"Además, por si no recuerdas bien, Zoe en ese momento contaba con el respaldo de nueve de vuestras hermanas, tú incluida, y aún así os derrotó a todas, y si hubiera sido un combate real, estaríais muertas." Dijo el hijo de Hefesto.

"¡Entonces por qué! ¿A caso nos estas infravalorando? ¡Hombres! ¿Es por qué Zoe es una mujer, ¿verdad?" Siguió Febe con su diatriba.

"En absoluto." Percy estaba con ambos codos encima de la mesa, sus manos estaban entrelazadas y con los ojos cerrados, totalmente calmado.

"Es bastante simple, el equipo de búsqueda necesitará a Zoe, si queréis recuperar a vuestra señora, necesitáis a alguien que conozca el terreno y al enemigo, y Zoe lo conoce bien, muy bien." Dijo Percy mientras abría lentamente los ojos, clavando sus gélidos orbes verdes azulados en las cazadoras.

Quirón carraspeó y tomó la palabra para bajar un poco el tono de la conversación.

"Me temo que la profecía dice que necesitáis nuestra ayuda, Campistas y cazadoras deberán colaborar."

Percy Jackson, Campeón de los Dioses.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora