Percy Jackson, Campeón de los Dioses.

El inicio de la búsqueda:

Percy se despertó a las cinco de la mañana, sin perder tiempo alguno, se dirigió al campo de entrenamiento para su práctica matutina.

Durante horas practicó con su lanza y escudo, sus movimientos eran fluidos y certeros, golpeaba los maniquíes de práctica con una precisión exacta.

Era poesía en movimiento, danza bella y mortal a la vez.

El mestizo estaba tan metido en su entrenamiento que no se dio cuenta de que ya había amanecido, y de que algunos somnolientos campistas ya estaban fuera de sus cabañas.

En especial, la cabaña de Atenea ya se encontraba en sus quehaceres.

Salvo su líder, Annabeth se desentendió de sus hermanos y fue a la cabaña de Poseidón, cuando vio que Percy no estaba allí, fue hacia la playa, donde tampoco lo encontró.

Algo preocupada, se dirigió al campo de entrenamiento, donde, al fin, lo encontró.

La hija de Atenea observó maravillada la danza letal que protagonizaba el hijo de Poseidón, estuvo un rato ahí, parada, hasta que Percy, que estaba de espaldas a ella, habló.

"Buenos días listilla." Le dijo con algo de burla.

Annabeth salió de sus pensamientos. "Sesos de alga, tengo que hablar contigo."

El chico desconvocó su armadura. "Dime." Le dijo a su amiga mientras que se iba en dirección a su cabaña para darse una ducha, seguido de su amiga,

"He pensado que podríamos participar juntos en la carrera." Propuso Annabeth.

Percy lo pensó por unos instantes, personalmente, le parecía inútil y prefería dedicar su tiempo en entrenar, pero si así podía pasar tiempo con su Annie...¡Espera!¡¿En qué momento había empezado a pensar en Annabeth como "su Annie"?!
"Bien, acepto." Dijo con una sonrisa para después entrar en su cabaña, despertar a Tyson y ducharse.

El desayuno transcurrió sin contratiempos, y después de una mañana de duro entrenamiento y una comida reconfortante, Annabeth y Percy se pusieron a diseñar su carro, todo iba bien hasta que Tyson salió a coalición.

"No me fío de Tyson." Dijo la rubia con una mueca de asco.

Esto enfureció a Percy.

"¿Por qué? ¿Porque es un cíclope? Es tan hijo de Poseidón como yo, Annabeth..."

"¡Es un monstruo, por el Olimpo, Percy! ¡No te puedes fiar de él!"

Percy frunció el ceño, había algo más, algo que Annabeth no le quería contar...

"¿Hay algo que me quieras contar?"

Annabeth se quedó unos instantes en silencio para después negar.

"No..."

"Mira, Annabeth, sé que te ha sucedido algo con los cíclopes en el pasado, y sé que no debe ser fácil ver a Tyson y mucho menos confiar en él...pero no es un simple monstruo, es también algo así como mi hermanastro, así que te pido por favor que le trates con un mínimo de respeto..."

Annabeth estalló. "¡Me niego Percy! Es un monstruo, acabará por traicionarnos..."

"El no es Luke, Annabeth." Tan pronto esas palabras salieron de su boca, lo lamentó, y más al ver el rostro lloroso de Annabeth, pero no iba a dejar que dudase de Tyson.

"¡Eso no lo sabes! ¡Y no compares a Luke con esa...cosa!"

Percy se iba enfureciendo cada vez más.

"No, tienes razón...hacer esa comparación es un insulto para Tyson...él no es un traidor."

Annabeth le pegó una tremenda bofetada, pero Percy mantuvo su rostro imperturbable.