Atlas, el León, amistad:

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Capítulo 9:

Percy y Blackjack ascendieron hasta una altura prudencial antes de decidir a dónde dirigirse primero.

"¿Alguna sugerencia jefe?"

Percy lo pensó durante unos segundos, repasando velozmente su última visión y tomó una decisión.

"Vamos a Manhattan, sigue al grupo de búsqueda, los usaremos de carnada."

El pegaso hizo lo que Percy le dijo y enfiló hacia Manhattan, observando desde una distancia prudencial la camioneta donde iba el grupo de semidiosas y el sátiro.

Percy había tomado la decisión de seguirles a raíz de la visión que tuvo la noche anterior, por lo que había escuchado en ella, Atlas pretendía emboscar al grupo de búsqueda, por lo que esperaría a que las tropas del titán actuasen para intentar capturar a alguien que fuese capaz de decirle dónde encontrar al bastardo de su líder.

Aprovechó que el grupo se detuvo para descansar y comprarle unos donuts a Blackjack, después reanudó el viaje, siguiendo a la furgoneta, por la dirección que tomaron, Percy supo que se dirigían a Washington, no sabía por qué, pero las siguió, cuando Blackjack ya empezaba a desfallecer, la furgoneta se detuvo de nuevo.

"Ya los tenemos bastante cerca, baja aquí, ahora quiero que te escondas y descanses, pero espera a una distancia prudencial, podría necesitar tu ayuda."

"De acuerdo jefe, buena caza."

Percy asintió y convirtió su colgante en el arco que le había regalado Apolo.

Era de Hierro del Estigio, negro y atemorizante, con unos pocos detalles en plata, la punta de las flechas era de una mezcla de plata y oro olímpico, el carcaj contaba con un doble fondo, que era donde se almacenaba el veneno de Hydra, Apolo le había asegurado que no había riesgos de fuga ni de que el veno accidentalmente se escurriera de su compartimento.

No por nada era un arco encantado.

Con precaución observó sus alrededores, y sonrió cuando reconoció el todoterreno negro que había visto siguiendo a la furgoneta, su sonrisa solo se amplió cuando vio bajar del coche al Doctor Espino.

Después de hablar unos segundos por teléfono, la mantícora empezó a andar.

Percy, en absoluto silencio, le siguió.

El monstruo se mantenía a una distancia prudencial del grupo, pero no dejaba de observarlos.

"Es aquí." Dijo Febe, deteniéndose frente a un edificio.

"Grover, ¿estás de acuerdo?" Pidió confirmación Thalia, que se ganó una mirada sucia por parte de las cazadoras.

"Si, el Museo Nacional de Aire y Espacio, sin duda alguna, es aquí." Confirmó el Sátiro.

Percy entonces recordó, había estado allí con su madre antes de que su vida se convirtiera en un baile constante con la muerte.

Thalia tanteó la puerta. Estaba abierto, sí, aunque no había mucha gente que entrara. Hacía demasiado frío y no era época escolar. Los cuatro se deslizaron hacia el interior.

Pero Percy no lo hizo, en su lugar, siguió a la mantícora, que se dirigió al otro extremo de la calle y entró en el Museo de Historia Natural.

Percy, en vez de entrar detrás del monstruo, se encaramó por la fachada del edificio y se coló por una ventana abierta, una vez dentro, fue esquivando y eliminando de forma silenciosa a varios monstruos hasta que volvió a encontrar al Doctor Espino.

Percy le siguió y vio como el monstruo entraba en una sala, Percy, viendo que no podía entrar, se descolgó por una ventana lateral y se agarró de alféizar en alféizar hasta encontrar una ventana que se comunicaba con la sala, ahí se encaramó y observó el interior.

Percy Jackson, Campeón de los Dioses.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora