Percy Jackson, Campeón de los Dioses.

El Oráculo y Apolo:

Capítulo 7:

Nadie dijo nada, las cazadoras se encontraban demasiado sorprendidas para hacerlo, el aura y poder que desprendía aquel mestizo era increíble, además, después de su juramento eran incapaces de poner en duda las hazañas del chico.

"El hijo bastardo de Poseidón...ha crecido de una manera...interesante, es muy distinto a como me han contado que era." Pensó la Diosa de la caza, sus agudos ojos plata clavados en la figura del semidiós.

Sin embargo, Grover rompió los pensamientos de todos cuando se arrodilló en la nieve y empezó a gimotear.

"¡Gracias, señora Artemisa! Es usted tan... tan... ¡Uau!"

"¡Levanta, niño cabra!" le soltó Thalia. "Tenemos cosas de qué preocuparnos. ¡Annabeth ha desaparecido!"

"¡So!" dijo Bianca di Angelo. "Momentito. Tiempo muerto."

Todo el mundo se la quedó mirando. Ella les fue señalando, uno a uno, como si estuviera repasando las piezas de un rompecabezas. "¿Quién... ¿quiénes sois todos vosotros?

La expresión de Artemisa se ablandó un poco. "Quizá sería mejor, mi querida niña, saber primero quién eres tú. Veamos ¿quiénes son tus padres?"

Bianca miró con nerviosismo a su hermano, que seguía contemplando maravillado a Artemisa. "Nuestros padres murieron. Somos huérfanos. Hay un fondo que se ocupa de pagar nuestro colegio, pero..."Titubeó, viendo que no la creían.

"¿Qué pasa?" preguntó."Es la verdad."

"Tú eres una mestiza."dijo Zoë Belladona,Persy tuvo que contener una carcajada, ¿a caso la cazadora no se había dado cuenta de que el acento micénico pasó de moda tras la guerra de Troya? "A fe mía que uno de vuestros progenitores era un mortal. El otro era un olímpico."

"¿Un olímpico? ¿Un atleta, quieres decir?"

"No, uno de los dioses." Le contestó Zoë

"¡Qué guay!" exclamó Nico.

"¡Ni hablar!" terció Bianca con voz temblorosa. "¡No lo encuentro nada guay!"

A pesar de que Percy quería volver enseguida al campamento para así acudir al Oráculo y partir en busca de Annabeth, no pudo evitar sentir algo de compasión por la chica, acababan de arrancarla del plácido mundo de los mortales para arrojarlo a uno brutalmente despiadado y mortal.

"No desesperéis." dijo la diosa. "Es una chica muy valiente. Si es posible encontrarla, yo la encontraré."

"Entonces, ¿por qué me retiene aquí?" Dijo el hijo de Poseidón con sumo respeto, aunque algo de ironía se filtró a sus ojos.

"Porque ha desaparecido. ¿Acaso no lo percibes, hijo de Poseidón? Hay un fenómeno mágico en juego." Dijo Zoë burlonamente.

El mencionado clavó sus ojos fríos y despiadados en la cazadora, haciendo que ésta perdiese poco a poco su sonrisa burlona.

"No te dirijas a mí así, 'Exafanístike apó tis esperídes' (es griego, significa desterrada de las Hespérides) si no quieres probar el frío de tu querida 'Anaklusmos'" Dijo Percy mientras sacaba su boli-espada.

Zoë abrió los ojos con sorpresa y odio, parecía que iba a decir algo, pero la mano alzada de su señora la contuvo, por el momento

"¿Y el doctor Espino?" intervino Nico, levantando la mano. "Ha sido impresionante cómo lo habéis acribillado, aunque lo que ha sido increíble es lo que ha hecho ese chico con el monstruo-serpiente enorme ese..."