11. Despacho

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CAPÍTULO 11.

Los molestos rayos del sol me despertaron, abrí los ojos cubriéndome con la mano el rostro y fijé mi vista a mi alrededor, estaba acostada en el sofá de Evan, tenía una manta sobre mi cuerpo y una almohada en mi cabeza, entonces recordé que la noche anterior me había dormido aquí en el hombro de Evan.

Me incorporé y me estiré para quedarme sentada un momento mirando a la nada, luego mi vista se desvió hacia el gran reloj que colgaba sobre la televisión, eran las 11:30 am.

Mis ojos se abrieron como plato y me levanté rápidamente para buscar mi móvil, este se encontraba sobre la mesa y lo tomé, tenía 3 llamadas perdidas de mi jefa.

Mierda, mierda, mierda.

Le marqué rápidamente.

-Amanda, apareciste -su tono de voz sonaba serio-

-Lo siento mucho, me quedé dormida -dije con sinceridad y agitada- ¿Puedo ir de todas formas?

-Está bien, pero ven al turno de la tarde y te quedas hasta el cierre de la tienda, necesito gente.

-Si por supuesto, gracias -dije aliviada-

-Que no se repita -dijo y colgó-

Me lancé sobre el sofá nuevamente y solté un gran suspiro, el turno de tarde comenzaba a las 6 pm así que aún tenía bastante tiempo.

El timbre de la casa sonó, pero no había rastros de Evan, así como pedro por su casa fui hasta la puerta y la abrí.

-¿Quién eres? -dijo la chica que había visto repetidas veces con Evan-

Ella era alta, delgada y rubia, como una papa frita.

-Amanda -le dije con una sonrisa falsa- ¿Qué quieres?

-¿Disculpa? -dijo frunciendo el ceño- ¿Dónde está Evan?

Hablando de Roma, Evan bajó rápidamente las escaleras hasta encontrarse a mi lado.

-Val -dijo sonriendo y la chica se lanzó a sus brazos-

Al ver esa escena la sangre corrió por mis venas y mis puños se apretaron.

-Veo que conociste a Amanda -le dijo Evan nervioso-

-Sí -dijo ella con un tono de desagrado y mirándome de pies a cabeza-

Ella arqueó una ceja al ver que estaba utilizando la camiseta de Evan, yo solo sonreía con burla.

-¿Y qué es tuyo? -dijo volviendo su vista a Evan-

-Somos amigos -dijo dándome una sonrisa- Amanda ella es Valeria, mi mejor amiga.

Así que Valeria. Entonces no es su novia.

un alivio se apoderó de mi cuerpo.

¿Por qué me aliviaba?

Ellos comenzaron a hablar ignorándome por completo.

¿Qué se creen?

Molesta fui hasta el cuarto de lavado y tomé mi ropa que ya se encontraba seca, me la puse y dejé la camiseta de Evan sobre la secadora, tomé mi bolso y salí de su casa lanzando un portazo. Caminé lo más rápido posible y me detuve cuando vi un local de café. Sin dudarlo entré y me pedí un cappuccino con una dona, necesitaba desayunar.

Me senté en la terraza y mientras esperaba mi orden me puse a revisar Instagram. Días atrás había seguido por fin a Evan y el me había seguido de vuelta. Su historia apareció de las primeras en mi inicio, hice click para verla y era un boomerang de él y Valeria sonriendo y muy juntos.

Aprendiendo a amarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora