CAPÍTULO 29.
Apenas lo vi sentado con Sam la rabia comenzó a correr por mis venas y quise ir a enfrentarlo para saber que estaba ocurriendo.
¿Acaso estaban teniendo una cita?
Pero esta vez hice caso a mi preciada dignidad y simplemente desvíe mi mirada de su asiento. Tomé a Max del brazo y nos fuimos a una mesa que estaba disponible.
Lo ignoraría por completo. No debe saber que estás cosas me afectan.
O más bien, que me ponen celosa.
Creo que por fin estaba admitiendo que sentía celos cuando veía a otra chica cerca de Evan.
La voz de Max me hizo volver de mis pensamientos.
-¿Todo bien? -me miraba fijamente-
-Por supuesto -sonreí como si nada- ¿Ordenamos ya?
-Sí -me devolvió la sonrisa-
¿Qué hacía con Max? Era una buena pregunta.
Ayer nos topamos en el centro comercial y charlamos unos minutos, decidimos que era mejor dejar de lado todo lo que había ocurrido entre nosotros y seguir saliendo como amigos.
Como siempre debió ser.
Claro que no tuve problema, Max me parecía un chico genial y divertido. Además, es muy parecido a mí.
En personalidad obviamente.
Cuando estábamos comiendo pude ver por mi radar como Evan se levantaba de su asiento con Sam y se dirigían a la puerta. Hice todo lo posible para no mirarlo a pesar de sentir fuertemente su mirada en mí.
Debo resistir.
Que vea que esto no me importa.
Con Max seguimos conversando y él me estuvo contando las novedades que habían ocurrido en el trabajo desde que me había ido.
-Regresa, extraño verte ahí -hizo un puchero, haciéndolo lucir adorable- No es lo mismo.
Reí ante su expresión -Debo preparar mis exámenes.
-Bueno cerebrito -saco su lengua infantilmente y copié su acto-
A pesar de la confianza que nos teníamos y lo bien que la pasaba junto a él, me di cuenta de que ya no sentía esa atracción sexual que tenía en un principio hacia él.
Creo que la culpa la tiene el rubio de Evan que no sale de mi cabeza.
Desde que deje fluir mis sentimientos no he podido ver a ningún otro chico con otros ojos, ya no me interesa salir con ellos o simplemente tener algo de una noche. Todo eso a quedado en el pasado desde que Evan se cruzó en mi camino.
Él hace todo tan distinto. Y la verdad, no me quejo.
(...)
Bajé rápidamente las escaleras al sentir el timbre sonando repetidas veces.
¿Quién mierda toca tanto?
-¡¿Qué?! -pregunté alterada apenas abrí-
Él rostro de Evan se hizo presente al otro lado de la puerta mirándose cohibido e inocente.
Mi expresión molesta se relajó al verlo.
-Hola -me dedicó una sonrisa tímidamente-
-¿Se te ofrece algo?
Aún no olvidaba que lo había visto con Sam. Aunque no mencionaría el tema.
-Quería verte -su mirada estaba sobre sus pies que se movían inquietamente-
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Aprendiendo a amar
RomanceAmanda Ricci a sus cortos 19 años ya había vivido más que sus propios padres, sus fines de semana se basan en salir de fiesta, emborracharse a más no poder y divertirse con cualquier chico que se le cruce en su camino. ¿Compromiso? ¿Qué es eso? Ama...