39. Universidad

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A la mañana siguiente me despertó el sonido de los pájaros cantando. Si todas las personas despertáramos con este agradable sonido, cada día, juro que viviríamos más felices. Mire hacia el lado y Evan estaba junto a mi durmiendo dentro de su saco. Sonreí al verlo dormir plácidamente, esto si que es despertar de buena manera.

Me levanté intentando hacer el menor ruido posible y abrí la carpa que habíamos armado bien ebrios anoche, no sé como logramos hacerlo, pero se logró. Al salir el sol mañanero iluminaba todo el lugar y el clima se sentía muy agradable. Celeste y Daniela estaban en una mesa bebiendo café mientras que Hugo y Kevin preparaban unos huevos revueltos en esas cocinillas eléctricas.

Me senté junto a las chicas y me serví un café. 

-Buenos días -sonreí-

-Buenos días, bella durmiente -dijo Celeste-

-Creo que anoche dejaste a Evan agotado -Daniela subió y bajo las cejas con picardía-

Yo reí -¿Qué hora es?

-Son las doce -respondieron al unísono-

Mis ojos se abrieron de sorpresa -No pensé que habíamos dormido tanto.

-Nosotros despertamos hace poco, no te preocupes -Celeste puso una mano en mi hombro-

Bebí de mi café, los chicos se acercaron a la mesa con el desayuno listo y comenzamos a comer, a los minutos después Evan salió de nuestra carpa con todo el cabello desordenado y con cara de haber dormido solo dos horas.

Y aún así, se veía irresistible.

¿Es que acaso este hombre nunca se ve mal? 

Lo odio por eso.

El sonrió al verme y después de saludar a todos se sentó a mi lado y apoyó su cabeza en mi hombro.

-¿Dormiste bien? -pregunté observándolo de lado-

-Excelente -sonrió- Pero desperté solito -levantó la cabeza y me hizo un puchero-

Reí ante su expresión -No quería despertarte.

-Podrías haberme despertado de una forma diferente... -sus ojos me observaron con malicia-

Yo sonreí ante la idea -No estaría mal, debería intentarlo la próxima vez.

Terminamos todos de comer y nos quedamos unos minutos hablando en la mesa sobre la noche anterior y porque de un momento a otro Evan y yo habíamos desaparecido. Nos observamos de reojo y soltamos unas risitas.

-Solo fuimos a observar el lago -dije con inocencia-

-Muy lindo, por cierto -añadió Evan-

-Sí, tiene mucha agua... 

Los chicos nos observaron con diversión.

-Ajá y yo me llamo Patricia -dijo Celeste- 

Después de ordenar y guardar todo, nos sentamos en las sillas para disfrutar del ambiente y tomar algo de sol.

Bueno, al principio no daba tan fuerte, pero pasada las horas...

-Dios, hace un calor insoportable -dije abanicándome con la mano-

-Deberíamos ir al lago -dijo Hugo con el rostro rojo- Ya no lo soporto.

-Sí, además como dijo Amanda, tiene mucha agua -soltó con burla Kevin-

-Yo llego primero -Celeste se levantó de su asiento y fue corriendo hasta el puente-

Todos nos levantamos de golpe y fuimos corriendo detrás de ella, para finalmente lanzarnos todos al agua.

Aprendiendo a amarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora