CAPÍTULO 12.
Desperté de golpe por una molesta alarma que sonaba a mi lado, separé mi rostro que estaba pegado en la almohada y me percaté de que estaba en el cuarto de Max. Estiré el brazo para poder apagar el despertador y Max que estaba a mi lado ni siquiera se había despertado con el ruido.
Ojalá pudiera dormir tan profundo como él.
Se encontraba de espalda hacia el techo, al estar sin camiseta sus músculos se marcaban en brazos y espalda mientras subían y bajaban por su respiración. Su cabello estaba desordenado y lo bese en la mejilla con suavidad antes de salir de su cuarto.
Últimamente ni duermo en casa, pensé.
Cuando por fin había regresado a mi hogar me senté sobre el sofá y comencé a leer mis mensajes. Tenía 4 de Evan.
"Evansss".
-¿Por qué estás molesta?
-Sé que me estás ignorando.
-¿Amanda?
-Cuando leas esto ven a mi casa para poder hablar.
¿Debería ir? La verdad no sé porque estaba actuando así o me había molestado, no debería. Aunque es divertido saber que me busca y esta interesado en hablar.
Me fui a la ducha y cuando estaba lista me vestí con unos mom jeans que tenían roturas en las rodillas, converse blancas y un crop top del mismo color. Tomé un bolso pequeño y salí, decidí ir caminando ya que el clima estaba agradable.
Después de unos minutos de trayecto me encontraba frente a su puerta dudando de si llamar o no. Me acerqué al timbre y lo pulsé, segundos más tarde la puerta se abrió dejando ver a un Evan con cabello desordenado, un buzo gris y una camiseta blanca.
Si no lo conociera un poco pensaría que había tenido sexo recientemente, pero al parecer solo estaba despertando.
-Amanda -dijo con una sonrisa apenas me vio y se acercó para abrazarme con fuerza-
Me quedé perpleja sin saber como reaccionar, Evan nunca me había abrazado y por lo general tampoco me gusta andar abrazando, pero esta sensación fue distinta, y la verdad el hecho de tener sus brazos rodeando mi cuerpo no me disgustó.
Evan se separó de mi -Entra.
Lo seguí aún en silencio y cerró la puerta detrás de mí, mientras tanto yo me senté en su sofá y la televisión frente a mi estaba encendida con un juego en pausa, a mi lado estaba un control de playstation.
-Estabas jugando ratita -le dije en tono de burla y olvidando por completo que me había molestado el día anterior.
Rio -¿Tiene algo de malo? -dijo sentándose a mi lado-
-No, para nada.
-¿Quieres jugar? -me preguntó-
Yo solo le asentí y se levantó para tomar otro control y cambiar el juego, luego volvió al asiento y en la pantalla se leía el título de Mortal Kombat. Me reí internamente al saber que siempre les ganaba a mis primos en este juego, por ende tenía ventaja.
-Deberíamos apostar -le dije mirándolo con diversión-
-¿Ah sí? ¿Qué quieres apostar?
Si gano nos besamos.
Lo pensé, pero no lo dije.
-Si gano vamos de fiesta juntos -dije finalmente sabiendo que no le gusta asistir a los clubs-
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Aprendiendo a amar
Любовные романыAmanda Ricci a sus cortos 19 años ya había vivido más que sus propios padres, sus fines de semana se basan en salir de fiesta, emborracharse a más no poder y divertirse con cualquier chico que se le cruce en su camino. ¿Compromiso? ¿Qué es eso? Ama...