De todos los lugares en los que me imaginaba que estaría algún día, jamás pensé que sentada para tomar una clase en la Universidad de Bolonia. Faltaban diez minutos para la primera clase del día: Psicología de la pareja y la familia, que impartiría una maestra. Se supone que seriamos 30 alumnos en la clase, como las mesas eran para dos personas, estaba en la espera de que alguien se sentara conmigo. En lo que esperaba, no dejaba de admirar, desde la ventana que estaba a un lado de mí, la belleza del campus.
-Buenos días, alumnos-sonrió- espero que se encuentren muy bien y listos para iniciar este semestre.
La maestra comenzó a presentarse, luego nos pidió a cada uno que lo hiciéramos: nombre, edad, lo que estudiábamos, si habíamos nacido en Bolonia o veníamos de otro lado. Cuando llego mi turno, se emocionó al escuchar que soy de México, ella tenía familia en Yucatán asi que había ido al país un par de veces. Después de las presentaciones, explico cómo daría la clase y la manera de calificar.
La clase duraba dos horas, pero por ser el primer día, salimos una hora antes, porque no nos entretuvimos demasiado. Aprovechando el descanso, busqué un lugar para sentarme y comer, primero fui a la cafetería, pero había mucha gente, preferí sentarme en unas bancas que estaban a lado de un edificio. Mientras comía, recordé que tenía que ir a comprar un chip para mi celular, eso lo haría al terminar las clases.
Faltando 20 minutos para las 11, me dirigí al edificio donde estaba el salón (aunque primero pasé al sanitario, lo cual siempre hacia antes o después de cada clase). La segunda y última clase del día, era Bioética I, esta seria impartida por un profesor. La temática fue la misma de la clase anterior, el maestro y cada alumno se presentó, comento la forma en que calificaría, dio un par de hojas con la información de la asignatura y al final, comento que formaríamos equipos en la siguiente clase.
Mientras caminaba hacia la salida para tomar el autobús, un chico se acercó a saludarme.
- ¡Hola!, ¿eres Yoshie, cierto?
-Si- sabía que estaba en Bioética conmigo, pero no recordaba su nombre-Lo siento, yo no recuerdo tu nombre, soy mala con eso- rei
-No te preocupes, jaja, tu nombre fue el único que memorice-sonrió-nunca lo había escuchado y es lindo
-Gracias
-Por cierto, soy Alonzo
-Mucho gusto
-Me agrada que seas mexicana porque estoy aprendiendo español y espero puedas ayudarme con eso
-Definitivamente cuenta conmigo
-Perfecto- río- realmente quiero preguntarte si, ¿tienes equipo para la clase?
-No, aun no
-Entonces intégrate conmigo y con mi amiga, ella no vino hoy, pero vendrá para la siguiente clase
-Claro, me agrada la idea
Sentía que me había salvado de tener que decirle al profesor que yo no tenía equipo.
-Entonces, nos vemos el miércoles, tengo que ir a otra clase, adiós
-¡Adiós!
Esperaba que fuéramos un buen equipo, quizás hasta volvernos amigos en un futuro.
El autobús me dejo en el centro de la ciudad. Gracias a Google maps, pude encontrar el establecimiento para comprar mi nuevo chip. Después de realizar mi compra, tome el autobús de regreso. En el camino, recordé que había visto un local de gelatos que estaba a unas cuadras de casa, solo tuve que bajar un poco antes. El lugar era pequeño, pero tenía un aire hogareño, estaba bastante limpio y ordenado. Un chico alto, con cabello negro rizado (se veía bastante lindo) y que parecía de unos veinticinco años, estaba atendiendo en el mostrador.
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En los pasos de Italia
RomanceEstando a la mitad de su carrera universitaria, Yoshie esta lista para vivir una experiencia lejos de su país natal, México. Italia la espera con los brazos abiertos para un semestre de intercambio. La comida, la belleza de las calles, el arte, la m...