En los pasos de Piero (Parte 1)

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Después de tantos años en el medio artístico, estaba acostumbrado a pasar mucho tiempo en aeropuertos, aunque, ver la emoción en las fans que nos esperaban, era algo siempre nuevo y maravilloso para mí. Ahora nos encontrábamos en Roma, tras tomarnos algunas fotos y dar autógrafos, nos dirigimos a nuestro hotel. Lo único que deseábamos los tres, era llegar a dormir, el día anterior habíamos tenido un concierto por parte de un festival en Praga.

Estaríamos unos días en Roma, en una estación de radio, un par de programas de tv y tendríamos una sesión fotográfica para una revista. Aun con tanto trabajo, esperábamos tener tiempo para salir a disfrutar. Mariagrazia, mi hermana, llegaría mañana, quería aprovechar su última semana de vacaciones para estar aquí.

Al día siguiente, Ignazio, Gianluca y yo, estuvimos temprano haciendo ejercicio, desayunamos y cada uno fue a prepararse para irnos a la estación de radio. Estaríamos casi dos horas para después, ir a la televisora para grabar una breve entrevista y participación. Había sido un mañana y tarde bastante agotadoras, pero al menos, teníamos la noche libre. Mi hermana quería que fuéramos por un postre a su cafetería favorita aquí en Roma, en cuanto llegamos al hotel, ya estaba esperándonos.

-¡Hola, chicos!

-¡Mariagrazia!- gritaron Gianluca e Ignazio

Los tres se saludaron.

-Hola, hermano

-Hola, hermanita- Nos dimos un fuerte abrazo

Teníamos varios meses sin vernos, Il Volo había tenido conciertos y eventos por varios países en Asia y Europa.

-¿Nos vamos?- Mariagrazia me tomo del brazo, ya lista para salir del hotel

-¿A dónde iran?- Pregunto Gianluca

- A Panna & Co, Mariagrazia quiere ir por un postre. ¿Quieren venir?

- No, pero podrían traerme una rebanada de pastel de chocolate- contesto Ignazio haciendo una cara tierna

-Yo estoy bien así- añadió Gianluca

-Volvemos en un rato, ciao

Mariagrazia había rentado un automóvil para andar más libre por la ciudad, así que fue el transporte que utilizamos. Tuvimos que estacionar nos unas cuadras más atrás de donde estaba el restaurante porque la calle estaba en remodelación. Ya habíamos caminado casi dos cuadras cuando Mariagrazia recordó que había olvidado su cartera en el auto.

-Si quieres yo voy por ella- me ofrecí

-No, no, voy yo, tu espérame aquí

Mientras Mariagrazia regresaba al auto, un taxi se detuvo más delante de donde yo estaba. Una chica se bajó de este, se veía bastante joven, bonita y con un buen gusto en ropa. Regrese mi mirada a Mariagrazia, quien ya había llegado al auto. De nuevo mire a la chica, estaba sacando algo de su bolsa, pero también, algo había caído al suelo. Podría ser algo sin importancia, pero preferí correr para ver que era, se trataba de una bolsita pequeña con identificaciones dentro.

-¡HEY, HEY!- ¿Qué acaso estaba sorda?

Corrí para alcanzarla, le toqué el hombro y cuando ella estaba volteando para verme, tropezó. Para evitar que se golpeara en el suelo, la intente sostener con mis dos brazos, pero ella puso el suyo alrededor de mi espalda y su brazo recibió todo el golpe.

-¡AHHH!

Después de gritar, la chica se quitó encima de mí y yo me levante. Ella siguió tirada en el suelo, con su brazo extendido y el otro cubriéndole los ojos.

-¿Estas bien?- Pregunte. Estaba preocupado por lo que pudiera haberle pasado, se supone que yo la rescataría y había sucedido todo lo contrario

-No, me duele mucho mi brazo, ¿y si está roto? -Dijo asustada

En los pasos de ItaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora