En los pasos de Italia

Tous Les Visages De L'Amour

Aquel día en Paris, estaba haciendo demasiado frio, especialmente porque había lluvia en algunos puntos de la ciudad. Aunque andaba bien abrigada y la camioneta traía calefacción, mis manos y mi rostro seguían helados. La ventaja era que Piero llevaba todo el camino intentando calentar mis manos con las suyas. Ambos también íbamos comiendo algunos snacks franceses que Piero había comprado para mí.

-¿Te esperabas esta sorpresa, Yos?- Pregunto Ignazio, quien iba de copiloto

-Para nada-reí- Se guardaron muy bien todo su plan

-Ay, ¿pero enserio no sospechaste nada? - Insistió

-Bueno, creí que Piero me vería en Roma o Venecia, pero Paris estaba fuera de mi radar, aunque ahora entiendo porque compro el vuelo con una escala tan larga

-A decir verdad, el plan se me ocurrió ya cuando estaba revisando los vuelos a México-Confeso Piero-Cuando vi el que tenía la escala en Francia, recordé que estaríamos aquí por trabajo. Me pareció la oportunidad perfecta para vernos de nuevo

-Y nosotros decidimos colarnos- añadió Gianluca con una risita

-Esta es la mejor sorpresa que me han dado, gracias a los tres- sonreí y me acurruqué con Piero

Cuando llegamos a Notre Dame, fue sentir real todo lo que había sucedido desde me encontré con Piero en el aeropuerto, porque hasta aquel momento, me sentía como en un sueño. Solo duramos escasos 30 minutos en el lugar. Aunque fueron pocos, trate de sacarle el mayor provecho a mi visita. Era un lugar impresionante, no solo por su belleza y sus detalles en toda la estructura, también por su gran tamaño. Claramente no teníamos ningún guía de turista, pero los tres chicos habían estado muchas veces en Paris, que no les fue difícil explicarme acerca del fabuloso templo. Y bueno, nos tomamos muchas fotos para recordar.

Nuestra siguiente parada fue el Museo de Louvre. Piero se había encargado no solo de tener la lista de lugares que visitaríamos, también tenía un mapa con una ruta marcada con cada sitio ordenado, de tal manera que tuviéramos problemas para trasladarnos y no andar de un lado a otro. Aunque nos desviaríamos un poco del tour, teníamos que hacerlo ya que el museo cerraría a las 6. La hora y media que estaríamos era muy poco para todas las obras de arte presentadas. Aun con lo poco que vimos, pudimos tener un gran recorrido a lo largo de la historia: Esculturas griegas, La escalera Daru, el antiguo Egipto, Pintura Italiana, Galería de Miguel Ángel, La Gioconda, entre otras grandes obras de arte. Tratamos de tomar la mayor cantidad de fotos posible (dentro del museo, en el jardín y en la parte exterior), sin desperdiciar lo que nuestros ojos admiraban. Siempre había querido una foto mía en el museo, de esas en las que parece que estas sumergida en el arte frente a ti.

Tras salir del museo, fuimos directo a un restaurante a comer. El lugar se llamaba Bistrot Instinct y los chicos ya había probado la comida un año atrás, cuando dieron un concierto en Paris. Era un lugar muy simple pero alegre, con colores azules y cafes en todo el local, sus paredes estaban pintadas de blanco por lo que lucía aún más elegante.

-Al fin, comida- suspire

-Bueno, los snacks amortiguaron el hambre, ¿o no? - Piero enarco una ceja

-Un poco-encogí los hombros

-Te encantará la comida de aquí, al menos valdrá la pena- Aseguro Gianluca

Piero y yo nos sentamos en el lado de la pared donde había un tipo sillón, bastante cómodo y así podíamos estar más juntos. Ignazio y Gianluca se sentaron en las sillas que estaban enfrente de nosotros. Aunque todos pedimos un platillo diferente, terminamos compartiendo, sobre todo para que yo probara la cocina francesa. Piero en todo momento estuvo atento a mí, que si quería más comida, más bebida, si estaba cómoda en el asiento, todo con una dulzura que hacía que me derritiera de amor por él. Aun con tiempo limitado, pudimos comer tranquilamente y descansar un poco antes de continuar con nuestra gran travesía.