Bienvenido nuestro amor

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- ¿Alo? - conteste aun dormida, ni siquiera había visto quien era

- ¿Dónde estás? - Logre distinguir que se trataba de Kiara

-Pues en casa

- ¿Qué no piensas venir a la clase o qué?, faltan 15 minutos

-Claro que no...- revise la hora en el reloj que estaba encima del buro, efectivamente, faltaban 10 minutos para las 9- Oh, no

-Mas vale que te apures, le diré a la maestra que llegaras tarde- soltó una risita

-Mil gracias, Kiara - colgué y de inmediato hice toda mi rutina de mañana corriendo, aun así, terminé llegando 20 minutos tarde

Cuando termino la clase, Kiara y yo fuimos a la cafetería, aun teníamos tiempo antes de la siguiente clase.

-Qué bueno que la maestra se creyó lo del veterinario- Kiara dijo que había tenido que llevar al perrito de la casa al veterinario porque se había enfermado y por eso llegaría tarde

-Espero que no me vuelva a pasar algo así- reí

- ¿Y por qué llegaste tarde? - dijo antes de darle una mordida a su sandwich

-Pietro vino a la ciudad, salimos el viernes y ayer también- sonreí- fuimos a un karaoke junto con sus amigos - Un día que la maestra cancelo la clase a último minuto, le platique a Kiara lo de Piero (claro, dándole otro nombre y omitiendo muchos detalles)

-Oh, que lindo que pudieron verse, ¿se tomaron alguna foto?

-Si, pero las tiene el, no me las ha pasado

-Yo quiero verlas en cuanto las tengas, quiero saber que si existe

-Jaja, si, te las enseñare- dije para tranquilizarla

Seguimos platicando de otras cosas mientras comíamos, después cada una se fue a su respectiva clase. Mientras esperaba a que mi segunda clase del día iniciara, le mande un par de mensajes a Piero. Primero contándole que había llegado muy tarde a clase y segundo, preguntándole como le había ido con su vuelo, ya que tenían un compromiso de trabajo en Turín. También aproveche para revisar Instagram, donde me aparecieron las historias de Gianluca, había subido una foto que les había tomado yo a los tres en el karaoke y otra donde se miraban las bebidas y los platillos. De nuevo le respondí las historias, recordándole su promesa de que saldríamos a bailar la próxima vez, de inmediato me contesto jurando que no había olvidado lo que había prometido.

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Ya habían pasado casi dos semanas desde que Piero y los chicos habían estado en Bolonia, desde entonces, Gianluca y yo habíamos estado conversando cada vez más. Realmente consideraba que éramos muy diferentes, pero eso hacía que nos lleváramos muy bien y pudiéramos compartir más cosas. Por otro lado, Lucio y yo habíamos salido un par de veces, solamente como amigos. Realmente Sara y Víctor veían una futura relación, al igual que Thea y Alonzo no dejaban de molestarme desde la vez que Lucio y yo nos los encontramos en la calle. Para ellos era más seguro que terminara con él y no con ''Pietro''.

El lunes, después de que la última clase terminara, Thea me pidió acompañarla a comprar un vestido elegante, ya que el fin de semana tendría un evento del trabajo de su padre. En lo que ella entro al probador para medirse varios vestidos, Piero me llamo.

-Hey, Yos, ¿Cómo estás?

-Bien, ¿y tú?

-También bien, algo cansado, este fin de semana ha sido de locos

-Me imagino lo cansados que están con los viajes y conciertos

-Ni que lo digas

-Bueno, al menos me has podido llamar hoy, llevábamos días sin escucharnos-lo dije en tono casual, pero a lo lejos escuché a Thea diciendo: ''awwwww''.

En los pasos de ItaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora