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Había llegado por la tarde a Bolonia, Thea fue quien paso por mí a la estación y me llevo a casa. Le conté sobre la salida con Gian en la madrugada (claro, sin mencionar su nombre), los detalles que Piero había tenido conmigo y también la aparición de Gianna en la fiesta. Eso ultimo no le agrado en nada, no dejo de mencionar que 'Pietro' estaba jugando conmigo y que no se fiaba de él de ninguna manera. Aun así, quería ver las fotos que me había tomado (también donde salía Piero), claro que evadí el tema y prometí mostrárselas después. Sabía que en cualquier momento ella y Alonzo tenían que saber la verdad, pero aún no veía la urgencia de hacerlo.

Al llegar a casa, Thea se quedó un rato para comer y platicarle a Sara y Víctor sobre lo que ''habíamos hecho'' en Bolzano. Después de que se fue, tuve que desempacar mis cosas (que eran un total desorden) y preparar lo del día siguiente para la universidad. Antes de caer en un profundo sueño por el cansancio del fin de semana, Piero y yo hablamos sola para avisar que estábamos sanos y salvos en nuestros destinos. También Gianluca me había llamado, incluso, prometió que hablaríamos más seguido, me agradaba tener un amigo más.

En la semana, había estado bastante ocupada con tareas y exámenes, me la pasaba en casa o en la universidad, afortunadamente Thea, Alonzo y Kiara fueron un buen acompañamiento para estudiar. Aun con tantas cosas que hacer, note que Piero y yo hablábamos menos. Tal vez quería respetar que no tenía tanto tiempo por la universidad, pero a veces se me venía a la mente que era por la aparición de Gianna en la fiesta, que ahora ellos hablaban más. Claro que trata de esfumar esas ideas porque no valía la pena estar desgastándome con eso.

El sábado por la mañana tuve que acomodar mi cuarto, que estaba hecho un desastre con cuadernos y libros desordenados, ropa por toda la habitación y un montón de cosas fuera de su lugar, también ayudé con algo de la limpieza de la casa. Ya por la tarde estaba descansando en mi habitación, viendo películas y comiendo de lo menos saludable que había en la casa. Antes de que oscureciera, decidí ir con Alonzo para comprar un gelato. No sabía si estaría trabajando, pero no perdía nada con ir. Me costó un poco de trabajo convencer a Sara y Victor que me dejaran ir sola, pero finalmente logre convencerlos, no sin antes prometer que les llamaría en cuanto llegara.

Al ser fin de semana, había varios clientes en el local por lo que, aparte de Lucio, había otra persona atendiendo. Tras pedir mi gelato de Zuppa inglese (combinación de galletas, helado y licor), Lucio prometió que en cuanto estuviera libre pasaría a platicar un rato conmigo. Me senté en el mismo lugar de siempre, que de milagro estaba libre, en lo que esperaba, estuve leyendo en mi celular un libro para una de mis clases, ya casi me acababa el gelato cuando Alonzo se sentó en la silla desocupada de enfrente.

-Lamento haberte dejado esperando, Yos

-Está bien, tenías mucho trabajo, aparte aproveché el tiempo para leer- sonreí

-Me da gusto que vinieras, no te venia desde el miércoles pasado...

-Si, esta semana estuve muy ocupada pero ya hoy me quedo tiempo libre y también tenía ganas de un gelato- reí

- ¿Entonces solo vienes por los gelatos? -frunció el ceño fingiendo estar ofendido

-Bueno, un poco también por ti

-Me alegra escuchar eso- sonrió- ¿Te parece si esperas a que cerremos para que te acompañe a casa?, ya solo falta media hora

-Claro, esta perfecto

-Mientras, te traeré más gelato- me guiño el ojo

Ya cuando el local estuvo cerrado, Lucio y yo caminamos hasta la casa. Él vivía muy cerca del local, así que no usaba el automóvil. En realidad, me pareció mejor así, tuvimos más tiempo para platicar, aparte que el clima estaba bien, se sentía algo de fresco, pero no lo suficiente para sentir frio. Cuando llegamos, nos sentamos en la banqueta para seguir platicando un rato más.

En los pasos de ItaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora