Closer [Y.M] [PRÓXIMAMENTE]

2

Él caminaba descalzo por todo lo que era el bosque, se preguntaba porque nadie lo iba a buscar, sus ojos estaban rojos por estar llorando, él tenía mucho miedo. Una fuerte lluvia había comenzado a caer y él corría para ocultarse, pues le tenía miedo a los rayos y estando en lo profundo del bosque solo le daba más miedo.

Encontrando un tronco se metió ahí mientras seguía llorando, unos pasos fuertes y terroríficos se escucharon él cubrió su boca para no gritar, mientras lloraba sentía como se iba orinando. Él vio como alguien se ponía enfrente de él y se agachaba dejando ver a un hombre de treinta o menos años verle, era sumamente apuesto, piel pálida que se daba a relucir con la lluvia, su cabello negro como lo profundo del bosque y su mirada tan sensual y apuesta.

—¿Te perdiste? —pregunto suave.

Catorce años después.

Él abrió los ojos al volver a tener esa misma pesadilla de siempre, miro al techo el cual tenía unas cuantas telas de araña, se sentó mientras se frotaba los ojos él ya tenía veinte años y se había dedicado a la cosecha que había en su casa además de la caza para algunas carnes y telas. Con pereza se levantó y se dirigió al baño, se quitó la ropa y se metió en la tina para relajarse, se sentía perdido y a la vez ido en sus pensamientos, pues siempre era el mismo sueño y cuando le iba a hablar se despertaba. Llevó la esponja a su cuello, pero soltó un quejido al sentir un leve dolor, tomó un espejo y noto que en su cuello había una mancha morada, era como una mordida con sus dedos la tocó y la mirada de aquel hombre vino a su mente dejando caer el espejo y este quedándose en miles de pedazos.

Él salió de la tina importando poco si aún tenía jabón o no, se cambió rápido y bajó al comedor ahí estaban sus primos los cuales comían tranquilos, él se sentó mientras tomaba un plato y se servía un poco de comida.

—Jimin. —habló uno y él dejó de comer.

—No te va a hacer caso. —dijo el otro. —aunque hablé parece mudo.

Los dos chicos siguieron en lo suyo hasta que se preocuparon al ver a su primo el cual le sangraba la nariz y él la tenía tapada, pero la sangre aún fluía. Jimin se levantó rápido para dirigirse a su habitación para intentar detener la hemorragia, pero le era imposible, su vista lo llevó otra vez al bosque y en esta vio cómo el hombre le extendió la mano y él la tomó, al hacerlo cayó al suelo inconsciente mientras en una esquina de su habitación un espectro sonreía al ver a su nueva presa.