Closer [Y.M] [PRÓXIMAMENTE]

4

Jimin miraba como el médico atendía a su primo el cual gritaba de dolor cada vez que lo revisaban, él salió de ahí y se fue a su habitación para encerrarse y sonreír ante los gritos de dolor de su primo.

—Es una pena que no te moriste. —susurro. —serías una carga menos.

Al caer la noche ceno fingiendo preocupación por su primo y ofreciéndose para cuidarlo, ganándose halagos de sus tíos y una mala mirada de su otro primo. Luego de comer y agradecer se lavó los dientes y se bañó rápido, camino a la cama y se acostó para poder dormir. Fue en ese momento cuando de la esquina de su armario salió una sombra la cual iba caminando a paso lento al llegar donde el chico lentamente se fue subiendo sobre él para inmovilizar las acciones del chico, con su mano le acarició la mejilla mientras con la otra que con la otra creaba un aura en el cual estaba el sueño.

[...]

Jimin miraba el bosque el cual caían pequeñas gotas de lluvia a él no le importaba mojarse, siguió su camino hasta llegar a un arroyo el cual dejaba ver un agua muy cristalina en la cual podía ver algunos peces de colores. Él sonrió y se fue quitando la ropa para entrar y comenzar a nadar en ella mientras sentía lo tibia del agua, en unos árboles un pálido chico miraba con morbo al lindo chico, lentamente se quitó la ropa y fue acercándose al dulce manjar.

Jimin al sentir la presencia se giró y se sonrojó al ver al hermoso hombre desnudo frente a él, su cabello era negro con algunos risos, su piel era tan blanca como la nieve o la leche misma, su abdomen estaba bien formado, su mirada verdosa y profunda como la de un gato le era sumamente hipnotizante, además de sus labios finos y sumamente rojos. El hombre sonrió ante los efectos que causaba en su víctima, fue entrando a paso lento hasta estar cerca del castaño el cual sacó una de sus manos para tocar a ese hombre que parecía irreal.

Cuando menos sintió ya se encontraba besándose con ese hombre el cual lo tocaba sin descaro alguno, Jimin comenzó a gemir al sentir como los dedos del hombre misterioso y atractivo comenzaba a profanarlo.

—Ah~. —gimió.

[...]

El pálido sonrió al ver la erección en el chico, se acercó a su cuello y lo chupó y dio una pequeña mordida para dejarle marcas. Aún faltaba mucho para tomarlo y haría que el mismo chico se le entregará voluntariamente.