Closer [Y.M] [PRÓXIMAMENTE]

9

Jimin se encontraba ayudando a su tía con la comida, él se sentía con más energía, algo que lo hacía sentir diferente, ya que él nunca había sentido nada como eso. A paso lento llegó a la habitación de su primo para darle su comida, entró y este estaba con su hermano y al verlo guardaron silencio.

—Jimin que bueno verte. —dijo uno.

—No opino lo mismo. —hablo. —solo te traje la comida.

Luego de dejar la comida en el suelo, salió de ahí, pero se detuvo al escuchar la conversación que ambos hermanos tenían sobre un sueño húmedo. Frunció su ceño y se molestó, se alejó de ahí y tomó rumbo a su habitación, esta estaba a oscuras y no se veía nada. Él entró y encendió las luces para quitarse la ropa excepto la interior y se fue a acostar para poder dormir.

[…]

Él caminaba a paso lento en lo profundo del bosque, este estaba cubierto por una gran capa de neblina, miró al suelo al sentir la humedad y se sorprendió al ver que era un rastro enorme de sangre.

Al levantar la vista cayó al suelo al ver el rostro desfigurado de su madre, esta tenía cientos de cristales incrustados en su cuerpo, además de uno que atravesaba su garganta haciendo que salpicara sangre. Ella se arrastraba en el suelo mientras intentaba tomar su pie, él gritó al sentir como era tomado de este el cual comenzaba a derretirse y podía llegar a ver su hueso.

[…]

Un golpe en su puerta hizo que abriera los ojos y se levantará, camino a paso lento al baño, sin notar que su cama tenía sangre. Al estar en el baño hizo su rutina diaria, pero cuando levantó la vista se notó otra vez diferente. Estaba pálido y sus labios un poco resecos, salió del baño restándole importancia. Al llegar a su cama vio la sangre y la tocó negando para cambiar todo, se cambió de ropa y salió rumbo a la cocina.

—¿Estás bien Jimin? —preguntó su tío.

Él solo asintió y se sentó a comer todo en silencio, él escuchaba como sus tíos decían que unas personas de un pequeño pueblo iban a venir a rezar por su primo. Él no dijo nada, solo se levantó y lavó su plato para hacer sus rutinas diarias, mientras alimentaba a los caballos, un ruido le llamó la atención.