En cuanto me levante, tuve en presentimiento algo extraño tenía claro que ese día no sería normal ignore mis corazonadas para ir a despertar a Gunhee, debía admitirlo ver a ese hombre en la estancia me había puesto mal, era tan atractivo y sus ojos misteriosos, moví mi cabeza hacia los lados quitando esos pensamientos raros de mi cabeza.
-Arriba, Gunhee, despierta ya es de mañana- con fuerza le retire las sabanas de encima, era un desgraciado mientras yo me había quedado dormido después de cenar había bajado al bar a tomar algo sin avisarme –Mal nacido, ¡Despierta!- me subí sobre el para qué despertase pero ni así –Maldición, con un carajo levántate que muero de hambre- y ni así.
Frustrado me baje de encima de él le arroje el despertador y ni así, frustrado me metí a ducharme para después bajar al restaurant por algo de comer me estaba muriendo de hambre, tome una ropa cualquiera, cerrando la puerta de la habitación salí para tomar el elevador, al parecer venia del piso ¿80? Si que este hotel era enorme, las puertas se abrieron y entre, note que había alguien más –Buenos días- salude cortésmente, en coreano.
-Buenos días- escuche como respuesta, era una voz tan profunda que me hizo estremecer que no puede evitar girarme para ver de quien provenía, mis ojos se agrandaron al ver al atractivo chico que me tope en la entrada del hotel.
-¿A qué piso se dirige?- me pregunto, trate de controlar por todos los medios los latidos de mi corazón y evitando no balbucear o desmayarme frente tome el suficiente aire para no balbucear.
-Al primero voy hacia el… restaurant- lo último lo pronuncie muy bajito. Después de eso todo lo hice sistemáticamente no sé cómo acabe acompañándolo a comer, nos enfrascamos en una extraña discusión y de pronto estaba tomando su cálida y fuerte mano presentándome.
Mi celular comenzó a sonar, al parecer el imbécil de Gunhee ya había despertado y quería saber en dónde estaba, irritado lo apague haciendo que Hangeng me mirara curioso.
-Es mi amigo, quien me dejo botado esta mañana por culpa de su resaca- una sonrisa leve se asomó en sus labios delgados, al parecer no sonreía a menudo porque era más una mueca aun así me pareció sumamente atractiva.
-Le parece si damos un paseo, mi primo esta aun ocupado y tengo una junta en un par de horas así que tengo tiempo libre- asentí viendo como retiraban todo de la mesa y salimos del hotel juntos, ahora que lo miraba con detenimiento iba demasiado casual e informal para ser un millonario dueño de la mitad del mundo, se veía sumamente joven.
-¿Qué edad tiene?- me atreví a preguntar, de pronto quería saber todo de él, me di un golpe mental, vi que dudo unos segundos en responder pero de todas maneras lo hizo.
-Tengo 22 y ¿Usted?- de pronto su mirada adquirió un extraño brillo, ese hombre tenía lo misterioso de guapo, nunca había visto tal combinación.
Carraspee nervioso intentando parecer desinteresado -23, se ve muy joven- comente mirando hacia un lado.
-A mis 22 años estoy a cargo de una empresa demasiado importante… créeme quisiera estar haciendo otra cosa- encogió los hombros –Pero esta es mi vida- frunció el ceño ante lo dicho.
¿Qué podía decir yo? Si era un chico totalmente independiente desde muy joven, a pesar de que mis padres aun quería que viviera en casa me negué totalmente para Heejin mi hermana menor estaba bien, para mí no tanto yo era un chico demasiado andariego.
-¿Puedo preguntar en que trabaja?- me pregunto interesado, deteniéndose frente a un árbol de cerezo de espaldas se veía aún más imponente, me quede observando con detenimiento lo que había causado su curiosidad, sonreí al ver los botones de las flores que estaban a punto de florecer, él se giró para mirarme –Soy modelo- le respondí aun absorto por la bella vista, en unos días esos capullos nacerían, estábamos en abril la época del año donde florecían.
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Bajo los pétalos de cerezo (Hanchul)
FanfictionEn un viaje a Japón se conocieron, un amor que de dio por una mirada, mientras los petalos de cerezo volaban al viento y se quedaban en sus cabellos.