Capítulo 10. Una manera de decir lo siento...

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Heechul salió huyendo prácticamente del departamento sin dejar que le explicase nada, Zhoumi estaba a punto de preguntar acerca de la inusual escena de hace unos momentos, no quería escuchar sus bobas preguntas, le azote la puerta de la habitación en la cara.

Me deje caer de nuevo en la cama, era obvia la respuesta de Heechul ¿Amanecer en la misma cama que otro hombre? —Maldición. —Me lleve las manos a la cara frustrado conmigo mismo —Me deje llevar por... joder. —comencé a gritar groserías en chino olvidándome del protocolo totalmente.

Los golpes de la puerta me sacaron de mi miseria — ¿Qué demonios quieres Zhou? —La risita tonta detrás de la puerta me hizo cabrear y me levante de golpe abriendo la puerta — ¿Qué? —la miradita picarona de mi primo me hizo fruncir el ceño.

— ¿Al menos el sexo fue bueno? —joder le volví a azotar la puerta ¡Maldición! Todo esto llevaba a la malinterpretación.  

Me trate de calmar un poco, tome del closet ropa para cambiarme, me ducharía y después... después vería que hacer con Heechul.

—Oye Gege... dejando los juegos ¿Qué hacía Kim Heechul saliendo de tu habitación esta mañana? —me lleve los dedos al puente de la nariz resoplando. Nos encontrábamos ya desayunando después de una merecida ducha.

—Mira, en serio, no quiero hablar de eso Mi, en serio te lo diré pero no hoy. —la notar mi molestia dejo el tema en paz tomando un trozo de sandía llevándoselo a la boca.

—Está bien por esta vez te dejare en paz, pero me tendrás que decir todo. —Suspiro mirándome tranquilamente —Pero si tienes que arreglar algo, será mejor que lo hagas hoy, entre más pase el tiempo... las cosas se pueden complicar. —me levante de golpe, el hambre se me había ido, mi primo tenía razón yo debía arreglar las cosas con Hee.

Salí de la habitación corriendo al elevador, mi corazón golpeaba mis costillas y la ansiedad atacaba mi cuerpo ¿Cuándo yo había pedido disculpas en mi vida? ¡Nunca! Pero ahora estaba bajando con desesperación para darle explicaciones a la única persona que me había hecho sentir de esta manera tan inusual —Que me estás haciendo Heechul? —susurre mientras veía bajar los numeritos del elevador.

Las puertas se abrieron y un poco más tranquilo camine por el amplio pasillo, me acomode las mangas de mi camisa tratando de normalizar mi respiración. Llegue  la habitación 1232 tomando todo mi valor toque la puerta firmemente.

Por un momento pensé que Heechul no me abriría o su amigo saldría molesto a gritarme pero de pronto el picaporte se abrió dejando ver su figura delgada y afeminada.

No deje que digiera nada, supuse que me azotaría la puerta en la cara cruzado de brazos fruncí levemente el ceño —Vengo por explicaciones, pero no serán aquí. —sacándolo de la habitación y aun en shock le susurre en el oído —Vamos. —Su cuerpo reacciono ante mi insinuación —No te quedes ahí, un auto nos espera princesa. —sus ojos se abrieron desmesuradamente y agacho la mirada sonrojado.

Bajamos por el elevador en completo silencio, me dedique a mirar a Heechul sin disimular, no se la razón, nunca en mi vida había sido tan descarado ni esas cosas pero él tenía algo que hacía que no pudiese dejar de observarlo.

—Entra. —galantemente le abrí la puerta del deportivo que esperaba a fuera del hotel ¿Por qué su mirada? ¿Qué acaso nunca había visto un Ferrari o qué? Sonreí un poco al ver su mirada sorprendida. Tome el volante arrancando rápidamente. —Te llevare a un lugar hermoso, te aseguro te encantara. —sonreí encantadoramente.

—Han... yo... -parecía exhorto en sus pensamientos, negué suavemente —De eso hablaremos pero no ahora, solo. —Me gire a mirarlo con suavidad —disfruta del paseo. —el asintió dando por finalizada la plática.

Su mirada paso a ser hermosa y en su cara se extendió una sonrisa radiante, sabía que había escogido el sitio perfecto —Bienvenido al festival de Ohanami. —frente a nosotros se extendía un parque enorme adornado por los más hermosos y frondosos árboles de cerezo, todo el suelo tapizado por sus pétalos haciendo precioso el paisaje.

—Esto es hermoso Han. —su mirada recorrió el inmenso lugar extasiado de lo que veía. Algunos pétalos se quedaban atrapados en sus cabellos. No sé si era la vista o acaso Hangeng era hermoso.

—Ven, ayúdame con esto. —Abrí la puerta del auto sacando una canasta y un pedazo de tela doblada —Sujétalos. —curioso tomo los objetos examinándolos

—¿Qué es esto? —le sonreí juguetonamente.

—Haremos un picnic. —decrete emocionado, espero lo gustara lo que tenía preparado para él.

Paseando por los inmensos jardines del parque Uno, mirábamos maravillados como los pétalos del cerezo volaban por el aire, el suelo alfombrado de rosa y blanco. Bajo un árbol frondoso frente al arroyo acampamos, Heechul coloco el mantel en el suelo acomodándolo mientras yo sacaba los utensilios y la comida.

—Esto es tan bonito. —Heechul me sonrió hermosamente —Gracias Han, me ha encantado. —tomo lugar en sobre el mantel palmeando a su lado para que me sentara junto a él —Esto es maravilloso—

Comenzamos a comer la comida que Zhoumi me había ayudado a preparar soy muy bueno en la cocina pero para los postres no soy muy bueno, Zhou los hace exquisitos así que aproveche para que me ayudara. Heechul estaba encantado con toda la comida que había hecho, sus gestos de aprobación me hacían sentir bien.

—Lo que ayer paso, déjame explicarte... tu necesitabas, estabas helado y yo... lo siento. —ni en los peores momentos me había sonrojado o peor aún había acabado balbuceando como un niño pequeño y yo había enfrentado cosas peores. Esto no era comparable con tratos con clientes extranjeros, esto era más bien sobre el corazón y ese no era mi fuerte sinceramente.

—No te preocupes, te entiendo, y no, no estoy molesto Hangeng. —su mirada tranquila me tranquilizo, esperaba con toda mi alma que fuera verdad, que no me estuviese mintiendo ni nada por el estilo.

—Espero te esté gustando, esto podría ser mi método de disculpa. —Me lleve un poco de comida a la boca llenando mis mejillas cual ardilla sin darme cuenta, Heechul estallo en risas — ¿Qué? —Fruncí el ceño aun con comida en mi boca.

— ¡Luces tan lindo así! —Aplaudió felizmente, saco su teléfono para tomarme una selca —Mírate, eres tan lindo así... dios, así que detrás de ese frio y arrogante multimillonario dueño de medio mundo hay un niño adorable. —se acercó a mi mostrándome la foto que había tomado, trague el bocado que tenía en la boca para después sonrojarme con fuerza, estaba perdiendo mis modales frente a él, ni siquiera con Mi me comportaba de esta manera tan peculiar, Kim Heechul debe ser especial.

—Déjame. —cuando me di cuenta un puchero adornaba mi rostro, Hee se puso frente a mi tocando mi frente con su dedo.

—No frunzas el ceño Han, te saldrán arrugas, eres muy joven. —retiro las manos sonriéndome dulcemente le correspondí con una sonrisa o eso esperaba yo que fuera la mueca en mi cara.

 —Como ya no tengo hambre ¿Qué tal si vamos a dar otro paseo? Vamos a conocer Japón. —asentí comenzando a guardar las cosas que llevábamos con nosotros, doblando la manta, cuando todo estuvo listo emprendimos el regreso al auto.

—Espera Han. —de nuevo vi el celular de Heechul frente a nosotros para que se escuchase un clic, otra foto había tomado. Un recuerdo, quizás para el otra foto en su celular, para mi otra razón para que mis sentimientos crecieran por él. 

Bajo los pétalos de cerezo (Hanchul)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora