22: To find you.

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Sandara despertó en su habitación, pensando que lo que había sucedido era un sueño y nada más, que al salir de su habitación encontraría a Jeongyeon junto a su delicada y hermosa hija. Pero, su realidad fue distinta, le dió un golpe bastante fuerte el ver a Mina hablando con la policía sobre el secuestro de su hija.
Mina se veía desesperada, al igual que Jeongyeon y las amigas de Tzuyu.
Sandara tenía sospechas sobre lo que pasó el día del accidente, Elkie había estado haciendo cosas extrañas desde que se enteró de la relación de Sana con su hija. En varias ocasiones le había aconsejado con decir la verdad, pero Sandara no podía simplemente decir que la maravillosa Sana había cautivado a su corazón. Era imposible no hacerlo, con su forma de ser, al preocuparse por ella, Sana siempre trató de estar al pendiente de ella. Jamás la dejó de lado, sabía qu Sana amaba a su hija solamente, jamás se fijaría en ella.
La actriz se había despejado un poco, necesitaba sus cigarrillos para relajar su mente abrumada. Jamás pensó que Elkie la traicionaria de esa manera. Confiaba en ella, pero, lo que le hizo a su hija no tenía perdón.

Mientras tanto, Mina revisaba una y otra vez las cámaras de vídeo para ver si encontraba alguna pista, necesitaba estar con su novia, abrazarla y decirle que todo estaría bien, que ella la protegería de todo y de todos. Necesitaba  estar en los brazos de su amada y romper la cara de Elkie a golpes.
Las amigas de Tzuyu se dividieron para buscarla. Nayeon con la enfermera, Jihyo con Chaeyoung y Dahyun.
Mina salió junto a Jessica para buscar rastro del automóvil que usó la chica china para llevarse a Tzuyu. La japonesa se juró a si misma que no descansaría hasta encontrarla. No importa el lugar, la hora, tenía que buscar a su adorada novia sana y salva. Mina iba a más de 80 km por hora. Jessica sentía que en cualquier momento estrellaría a su precioso auto.
El teléfono de Mina comenzó a sonar, era un número desconocido según lo que dijo la doctora mayor. Mina prefirió rechazar la llamada.
El teléfono sonaba repetidamente dejando a Mina estresada y nerviosa. Tenía miedo de lo que sea que le tengan que decir.
Aparcó el auto por orden de Jessica, Mina vio la lada del número, dándose cuenta de que era un número de origen japonés.
Cuando el teléfono móvil sonó nuevamente sin pensarlo contestó.
—¿Quién habla?— Detrás de la línea no se escuchaba nada, desesperando aún más a la japonesa.
—Mina. Soy Sana, creo saber dónde está Tzuyu. Pero necesito que me ayudes.— 
La voz de Sana resonó en sus oídos. Causando un en Mina total conmoción.
—Mina. ¿Me escuchas?— Mina seguía en total shock. Jessica se desesperó y tomó el control de la situación.
—Está en shock, ¿cómo te ayudamos?—
Sana le dió órdenes a Jessica, pero les pidió que fueran cautelosas, pues no sabían cómo iba a estar la situación con la modelo china.

[...]

Lee Tzuyu jamás se esperó estar atada a una silla sintiéndose verbalmente atacada. No sabía cuánto tiempo había pasado desde que había estado siendo torturada, el frío del lugar empezaba a calar sus huesos.
Tenía miedo de que la china apareciera nuevamente y la golpeara como lo hizo horas atrás. Había logrado desatar sus manos, pero tenía que estar alerta, pues si hacía cualquier movimiento extraño podría alertar a su secuestradora, como puso desató sus amarres en las piernas y pies. La modelo había encontrado un lugar para esconderse, de todas maneras el lugar no tenía alguna luz. Todo estaba cerrado y oscuro. Elkie fue tonta al dejar a la vista un bate de metal. Lo tomó y se escondió detrás de lo que parecían ser unas cajas de madera. Se sentó junto con el bate, el cuerpo de Tzuyu temblaba, pero no sabía si era por el frío o el temor que el lugar le causaba.
Escuchó ruidos, parecía que alguien discutía con la china, Tzuyu sintió su corazón volverse loco por el miedo. Si alguien más llegaba a hacerle daño, no sabía que tanto podría defenderse.
Se podía escuchar como se rompían unos vidrios, cosas cayendo y rompiéndose en el frío suelo. Por último escuchó voces, pero no lograba distinguir esa nueva voz. 
La puerta se abrió, pareciera como si la hubiesen pateado para abrirla.
—¿Tzuyu, dónde estás?— No lograba recordar la voz. Poco a poco fue saliendo del pequeño lugar. Vio a una mujer de cabello largo, parecía vestir de negro. El bate estaba a su lado en caso de que sea una trampa.
—Soy Sana, vine por ti. Vámonos antes de que despierte.—
Tzuyu veía a la mujer, pero ella no la buscaba, pues no era tonta.
—Creéme, Mina está conmigo, solo que está encargándose de Elkie.—
Tzuyu seguía sin confiar en sus palabras.
—Elkie me había pedido que la ayudara a deshacerme de ti, pero no podía. Solo la usé para saber dónde estabas. Por favor, Mina espera por ti.—
Tzuyu salió de su escondite, encontrándose con la japonesa. Sana no pudo resistirse y corrió para darle un abrazo. Sentía a la modelo temblar entre sus brazos, como un cachorrito miedoso. Sentía pena por ella, no sabía que tanto daño le había hecho la china.
Sana la llevó hasta Mina, la cargaba entre sus brazos y se la entregó a la doctora japonesa.
Vio como los ojos de Tzuyu se llenaron de lágrimas y sus bellos orbes brillaban más de lo normal. En ese momento supo que había hecho lo correcto.
Mina y Tzuyu se abrazaron con fuerza, los labios de Tzuyu buscaron con desespero los de la doctora, para darse un beso , la japonesa lloraba en silencio, gracias a Sana la pudo encontrar rápido.
La doctora coreana también veía la escena, viendo el amor que se tenía la pareja. Suspirando, y dándose cuenta que el corazón de Mina siempre había sigo de la modelo, nunca suyo. Dolía, pero no podía hacer nada. En el corazón no se mandaba.
—Vámonos ahora, la policía estará pronto aquí. No quiero verla despierta.— Dijo Jessica mientras miraba con asco a la joven china en el suelo, interrumpiendo así, el emotivo momento.
Sana salió de lo que parecía una bodega farmacéutica, junto a la pareja, Jessica se quedó hablando con la policía.

Una vez en la mansión Sandara corrió hasta su hija, siendo rechazada por esta. Pues, aún le dolía saber que era adoptaba, y dolía aún más haberse enterado por boca de otra persona y no de su misma madre.
Se encontraban también sus amigas y la tía de la joven. Todas abrazaban a Tzuyu con felicidad.

Mientras tanto, Mina estaba junto a Sana en la puerta de la mansión. Hablando tranquilamente, Sana esperaba un taxi para irse al aeropuerto, necesitaba irse a Japón.

Las amigas y la tía se quedaron a dormir esa noche.
Mina fue a la habitación de Tzuyu para dormir a su lado. Tzuyu no la quería soltar desde que se encontraron nuevamente.
—Soy adoptada, al parecer soy taiwanesa... Y no me lo dijeron.—
Mina procesaba la información que acababa de recibir.
—Tus madres tendrán sus razones, amor. Ellas te aman con locura, es solo que, a veces ellas necesitan guardar secretos para protegerte, mi vida. Nunca dudes del amor de tus madres, al menos nunca del amor que te tiene Sandara. Si Chaerin no lo hace, yo te amaré hasta cansarte, hasta que te asegures que jamás amaré a nadie como te amo a ti y solamente a ti.— Mina dejó un beso en la frente de la joven y se abrazó a la cintura de Tzuyu.
—Te amo, Mina. Te amo tanto.—  Tzuyu acariciaba el cabello de la doctora con dulzura,  la cabeza de la japonesa estaba junto a su pecho, pudiendo escuchar lo fuerte que latía su corazón. Sonrió al saber que el corazón le latía así por ella.

Losing to You (MITZU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora