1: Lee Tzuyu (princesa de Taiwán)

1.1K 74 2
                                    

Lee Tzuyu, una joven de 17 años amante del modelaje, la lectura y un poco la pintura. Se caracterizaba por ser poco social, ya que, anteriormente las personas solían acercarse a ella solo por su "fama". Sin embargo, pudo darse cuenta y así alejarse de falsas amistades.
Siendo hija de famosas, era normal que la gente se acercara por conveniencia, tanto que se tuvo que pasar a escuelas públicas, no es que sus madres no pudieran costear sus colegios, si no, que Tzuyu prefería mantenerse en el anonimato.

Sus madres eran personas bastante ocupadas, sin embargo, sabían como mantener una buena relación con sus dos hijas.
Por supuesto que Tzuyu fue concebida por ambas, Lee Chaerin, su madre biológica la tuvo y Dara fue la donante del óvulo.  Sus madres todo el tiempo la hacían sentir amada y querida, nada le faltaba, era feliz con sus clases, deportes y hobbies extra, todo esto lo tenía gracias al trabajo de ambas mujeres.
A pesar de que Chaerin fue la que la tuvo, Tzuyu era más apegada a Dara, su mami. Debido a que las personalidades del matrimonio eran distintas. Chaerin se caracterizaba por ser una persona directa y fría, en cambio Dara, era de personalidad alegre, gentil y muy amable. 
Tzuyu en cambio heredó el carácter de su madre, y de su mami aprendió a moderarse, aunque en algunas ocasiones salía su lado Lee.
Gracias al trabajo de Dara que era ocasional, pudo crecer el mayor tiempo con ella y su hermana, quien también es todo un personaje.
Park Ahin, era 4 años mayor que ella, era parecida a Dara por su personalidad, pero físicamente era toda Chaerin y esto la hacía sentirse celosa, ya que, ella no era parecida a sus madres en nada. Incluso hasta en la altura diferían, siempre sería la más alta de la familia.

Como todos los días, Tzuyu se dirigía a su colegio siendo escoltada por sus guardias. Y es que, para ella era demasiado ridículo ser acompañada a todos lados. Ya todo el mundo sabía que su familia era "famosa" y a ninguno parecía importarle mucho, sin embargo sus madres eran demasiado sobreprotectoras, cosa que la avergonzaba un poco. Ella solo quería tener una vida normal. Pero no, su madre la había metido al mundo del modelaje desde temprana edad y no odiaba esta parte, solo que, llevaba una vida fuera de lo común.
Envidiaba un poco a su hermana mayor, puesto que, ella si podía vivir tranquila su día a día.
—Aquí estaré bien, váyanse.— Se dirigió a sus guardias con su usual tono gélido e indiferente de voz.
Los guardias asintieron y cumplieron el mandato de la joven.
Una vez dentro de su colegio buscó con la mirada a sus amigas, cosa que no pasó, una frustrada Tzuyu se dirigía a su respectivo salón de clases. Pero, antes de llegar sintió unos delgados brazos rodear su cintura, pudo sentir la respiración de la otra chica en su cuello.
—Bebé... te extrañé mucho~.—
Sintió una electricidad en su cuerpo producida por el miedo que le causó ser vista de esa manera por la gente.
—Nayeon, te he dicho que no puedes abrazarme así en lugares públicos, ¿quieres qué nos descubran, tonta?— En su tono de voz alterado, vaya que sonó mal. Causó que la joven castaña bajara la cabeza y algunas personas entrometidas les fijaran la mirada.
La mayor la miró con tristeza y un poco de decepción, sus ojos avellana parecían llenarse de lágrimas, que eran reprimidas, no era inusual el comportamiento de la menor, pero su forma de hablarle si le dolió, Tzuyu no tenía tacto con sus palabras algunas ocasiones. Y esta parecía no ser la excepción.
—Soy tonta por salir contigo. No me busques, al menos no por ahora.—
Sin decirle más se dio la vuelta y se fue, perdiéndose en el enorme pasillo repleto de estudiantes. Por suerte para Tzuyu, su novia era mayor, y obviamente estaban en grados distintos, luego la buscaría para hablar y reconciliarse. Lo primordial para ella era buscar a sus amigas, necesitaba no sentirse tan observada.
Una vez dentro de su salón se sentó junto a su mejor amiga Elkie.
—Nayeon te estaba buscando. Le dije que no habías llegado, Tzu.—
Comentó con una pequeña sonrisa. Tzuyu la miró con su usual inexpresión.
—Si, la vi. Pero, lo fastidie nuevamente. A veces soy estúpida con ella. No sabe medir sus muestras de afecto en público. Es igual de ridícula que mis madres.—
Sus ojos puestos en blanco y las muecas que formulaba con su boca, eran muestras de severo disgusto, su fastidio era evidente ante los ojos de la otra joven.
—¿No sabes que día es hoy?—
La menor negó con la cabeza, restándole importancia.
—Es el cumpleaños de Nayeon. Maldita idiota.—
Otra persona más que alejaba Tzuyu en esa corta mañana. Un suspiro pesado salió de su boca. Sin pensarlo más sacó su teléfono móvil para verificar si lo que decía su amiga era verdad, y si, el calendario marcaba 22 de septiembre, "cumpleaños de la más hermosa, o sea tu novia".
Ver esas palabras adjuntas a la fecha le hicieron añicos por dentro. Se sentía como lo que era, una completa basura. Se maldijo internamente, nada podía hacer, su profesora había entrado y ya no podía si quiera escapar para conseguir algo para su novia.
Apenas sonó la campana para el receso salió corriendo para hacer unas llamadas.
—Me alegra que seas una vaga en días como este.—
Una risita chillona sonó detrás de la línea telefónica.
—¿Qué necesita la princesa de Taiwán?—
Tzuyu reviró los ojos al escuchar ese sobrenombre.
—Necesito que reserves ese restaurante al que van mamá y Chaerin a celebrar sus aniversarios, además necesito también un conejo de peluche enorme con una caja de chocolates y también que mandes a enmarcar una foto que te enviaré. Necesito las dos últimas para antes de que termine la escuela y lo primero para más tarde. ¿Si?—
Nuevamente una risa sonó haciendo impacientar aún más a la menor.
— Hasta mamá recordó la fecha.—
Tzuyu se extrañó de que Chaerin lo que recordara.
—¿En verdad lo hizo Chaerin?—
Otra maldita risa escandalosa y más fuerte que las anteriores resonó en su oído.
—No, tonta. ¿Desde cuando le digo mamá a Chaerin? Hablo de mami Dara.—
Tzuyu suspiró y agradeció para poder colgar la llamada. Una vez acabado su asunto fue en busca de su mayor.
En el camino se cruzó con otra de sus amigas más cercanas, Chaeyoung.
—Te busca JiHyo. Están en el salón de Nayeon.—
Tzuyu la miró con extrañeza, casi nunca le hablaba tan cortante.
—Voy.—
Siguió a la más pequeña, sin hablar en el camino.
Al llegar notó el ambiente tenso, las miradas recayeron en ella, ocasionando que baje la cabeza para que no noten su sonrojo.
—Te dije que no me buscaras.—
Dijo la castaña, que se veía mal, sus ojos rojos e hinchados. Tzuyu se sintió tan mal y avergonzada de ser la culpable de tener a su mayor así.
—No vine por ti. Vine porque JiHyo me buscaba.— Se quiso hacer la indiferente nuevamente, pero de muevo quedó mal.
—Basta. Te he perdonado que hables a mi mejor amiga de manera seca y tajante, pero esto es algo que jamás te voy a tolerar Lee Tzuyu. Nayeon solo quería expresarte su sentir en la mañana, tu estuviste ausente el fin de semana con tus asuntos de modelaje. Y hoy la tratas mal, además de que estoy demasiado segura de que olvidaste su cumpleaños. Además, vienes aquí para empeorar la situación, ¿quién te crees que eres?— Dijo JiHyo de manera severa. Aquella chica tiene un valor sentimental para Tzuyu muy profundo, se conocen desde la infancia. Jihyo imponía respeto para Tzuyu.
—Nayeon... no lo olvidé, es solo que...—
Nayeon la miró nuevamente, la mayor le había abierto sus brazos para que le diera un abrazo. Lo estaba necesitando como el oxígeno que la mantenía viva. Tzuyu se acercó hasta la mayor para darle lo que tanto anhelaba.
—Cállate.— Dijo en el cuello de la menor. Se aferraba a su menor, mientras que Tzuyu se sentía en pánico por aquellos ojos chismosos que las miraban. Pero, prefirió seguir siendo abrazada por su mayor, que seguir empeorando la situación por su miedo irracional a ser juzgada.
Una vez terminado el abrazo, la mayor se acomodó en las piernas de su menor, siendo acariciada por ella, leves caricias a su sedoso cabello castaño.
Las demás chicas hablaban entre sí, mientras la pareja estaba en su propio mundo. Como si Tzuyu no hubiera sido demasiado cruel con la chica.
—Ya sé quién se cree Chuy, JiHyo. Se tomó en serio su papel de ser la princesa de Taiwán, por eso se porta tan tóxica con Nayeon.—
Una chica pálida se atrevió a dar su conclusión, eran cercanas, pero no lo suficiente como para saber toda la historia detrás de la pareja.
Tzuyu rápido le dedicó su mirada helada.
Logró causar una leve risa a la mayor  mencionada y también a su amiga JiHyo.
—Tienes razón, tenemos que decirle a su mamá Dara.— La mejor amiga de Tzuyu, codeo a la chica pálida, ocasionando risas entre todas, excepto en la menor, que las miraba feo.
Nuevamente la afectada miró a su amiga con intensidad. Siendo calmada por su novia con un pequeño  y tierno beso.
—No les hagas caso.—
Nayeon siempre había sido tierna y muy dulce con ella. Le recordaba a su mamá, su personalidad bondadosa y amable la hicieron caer rendida ante ella, no pudo evitar enamorarse de alguien tan diferente a ella.
Al terminar las clases Tzuyu llevó a Nayeon hasta el estacionamiento, para mostrarle su sorpresa express.
—¿A dónde me llevas, amorcito?—
Preguntó con una sonrisa, Nayeon se veía arrastrada del brazo, con Tzuyu que no era tan delicada con ella. Intentaba seguir su paso, pero era muy difícil seguirla, debido a su agilidad para moverse de manera rápida.
—Ya lo verás, Nayeon.— Dijo con una sonrisa iluminando su rostro, el sol de mediodía pegaba directamente, era una imagen que Nayeon no cambiaría por nada del mundo, su joven y bella novia era el mejor regalo de cumpleaños.
Al llegar al estacionamiento, la joven morena  vio aparcado el auto de su hermana, rápidamente se posicionó detrás de su mayor para taparle los ojos, causándole una risa nerviosa a su novia.
Al estar cerca del auto, Ahin abrió la puerta del auto para que viera los regalos.
Tzuyu le hizo una seña con sus manos, ya que, todo lo que vio era tal cual lo pidió.
—Hice lo que pude, princesita Taiwanesa. La próxima vez, llama con más horas de anticipación.— le dijo su hermana en el oído para que solo esta lo escuchara.
Tzuyu reviró los ojos fastidiada. Cuando la sorpresa estuvo lista soltó las manos del rostro de la coreana, revelando así la sorpresa.
—Feliz cumpleaños, mi amor.—
Rara la vez Tzuyu utilizaba apodos cariñosos con su novia, pero como esta era una ocasión especial, lo hizo y acompañada de una gran sonrisa para su novia.
Nayeon la abrazó con emotividad y le llenó de besos el rostro, Ahin que todavía se encontraba ahí las miró con ternura.
—Disfruta este día Nayeonnie, quién sabe cuándo volvamos a tener a Chuya así de cursi.—
La mencionada inmediatamente se sonrojo y bajó la mirada con vergüenza.
Fue así como el cumpleaños de Nayeon fue salvado gracias a la intervención de su cuñada.

Losing to You (MITZU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora