17: Tan simple como eso.

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Tzuyu había despertado al sentir unas manos frías acariciando sus mejillas, lentamente abrió sus ojos, viendo a su madre que la miraba con cariño. Llevaba más de una semana sin verla, ni a ella ni a su tía. No era de extrañarse, pues de lo poco que recordaba Sandara siempre la había dejado sola o al cuidado de alguien más. Anteriormente Sana nunca la dejaba sola, pero desde el día que terminó con Sana no la había vuelto a ver. No es como si le importara mucho, pero era ese sentimiento de soledad que no la dejaba tranquila.

—Mamá.— Sandara le sonrió de manera dulce. —Perdón por despertarte princesa, yo solo quería verte. Vengo todas las mañanas, pero siempre estás dormida.— Tzuyu se sintió mal al pensar que su madre la había dejado sola. —No te preocupes. Casi es la hora de tomar mis medicamentos. — Sandar asintió. Soltó las mejillas de Tzuyu, parecía cansada. —Hablé con la doctora Jessica, en una semana podrás recuperarte en la casa... También fui invitada a participar en un drama, es un cameo, pero estoy emocionada, hija. Pronto estaremos juntas en casa.— Sandara se puso de pie para abrazarla. —Te amo, por favor cuídate.— Fue así como se despidió de Tzuyu. Sin dejar que la joven le dijera nada. Solo salió, no era de sorprender para Tzuyu. Así era ella. 

En sus adentros Tzuyu estaba feliz de que su mamá volviera a lo que más le gustaba; actuar. 

La enfermera Wendy estuvo con ella, mientras tomaba sus pastillas, vigilando que Tzuyu comiera todo por  órdenes de la doctora Mina. 

—La doctora se caracteriza por ser atenta. Pero nunca al grado de pedir que cuide para que una paciente coma. Debes ser muy especial para ella, Tzuyu.— Tzuyu se sonrojó de solo pensar que tan especial es para Mina. Su Mina la adoraba. 

—Si... la conozco de hace años. La quiero, Wendy.— La joven enfermera sonrió con ternura. Pues, los ojos de Tzuyu brillaban al mencionar a la doctora, sabía que entre esas dos había algo más que solo amistad. Se amaban y se notaba.

—Bueno, nos veremos más tarde para tu rehabilitación.— Wendy se despidió de la joven paciente con una sonrisa.

Horas más tarde Tzuyu estaba recostada mirando un  drama que estaba en emisión, era tan triste que había logrado que la joven de corazón frío llore. Se encontraba limpiando su nariz cuando una pequeña risita le tomó por sorpresa, causando en la joven un fuerte escalofrío.
—Bastantes dramas por hoy, descansa.— La doctora se acercó a Tzuyu para besar su mejilla, en forma de saludo. Pues, recien llegaba al hospital. 

—Mina... no me mires... Dios, que vergüenza.— La doctora solo rió por lo bajo, encontraba a Tzuyu linda de cualquier manera. 

—Eres linda, hasta cuando lloras. Pero no me gusta verte llorar. Te traje un chocolate.— De su bolso sacó una cajita que contenía chocolates, una rosa y una pequeña nota. Mina se  la dió sin mirarla, pues le costaba mirarla por la pena que sentía. Tzuyu leyó la nota que decía: "Eres la flor más bonita, recúperate pronto. Te quiero".

—Aww, mi novia es tan linda.— Tzuyu atrajo a Mina con fuerza hasta ella para abrazarla. Se encontraban abrazando, hasta que poco a poco se soltaron.  Ambas se miraban con dulzura, pero Mina tenía miedo de dejarse llevar por sus impulsos. Al igual que  Tzuyu, tenía miedo de ir rápido y hacer sentir a Mina incómoda.

—Tengo que ir a marcar mi hora de llegada, nos veremos más tarde, Tzuyu...— La joven asintió con una pequeña sonrisa y sin agregar nada más Mina salió de la blanca habitación.

Tzuyu después de recibir su rehabilitación y caminar un poco se sentía sin energía y  con mucha hambre. Sandara en la mañana le había dejado un celular, así que cuando Wendy volvió le pidió el número de Mina. 

Decidida llamó a la doctora y esta le contesto. Creyó que no lo haría, pero aprovechó la oportunidad.

—Mina... tengo hambre. Ven a mi habitación y comamos juntas.— Escuchó la pequeña risa de MIna.

—Bien... ¿qué quieres comer?— Mina preguntó de manera juguetona.  "A ti". Pensó la modelo. Pero eso sería pasar el límite.

—Pizza. Tengo antojo de pizza, Minari...— Tzuyu tenía la manía de hacer pucheros cada que hablaba con ella, como si ella la fuese a ver.

—Ok... no sé como haré para pasarte pizza. Pero haría lo que sea por hacerte feliz.—Tzuyu sonrió de manera tímida. —Eres la mejor MIna. Gracias.—

Mina le colgó, no sin antes despedirse. Tzuyu apagó la televisión y sin darse cuenta se quedó dormida.

Despertó por el olor a pizza caliente, al abrir sus ojos se encontró a la doctora, sentada en el sillón mirando su teléfono móvil,

—Mina... ¿por qué no me despertaste?, ¿llevas mucho esperando?— Mina le sonrió. Esa calidez y paciencia en ella era tan atractivo para la joven.

—No te preocupes. Quería que descansaras.— Tzuyu se sentó al borde de la cama para que pudiera comer junto a su doctora. Ambas reían y platicaban de manera amena. Se les veía bastante felices. 

—Gracias por ser tan linda, Minari... En verdad. Gracias.— Mina se encontraba acostada al lado de Tzuyu abrazándola. Y acariciando su cabello, dejó un beso en su cabeza y se levantó.

—No tienes que agradecerme Tzuyu, lo hago porque realmente te... aprecio y te quiero. Quiero que seas feliz mientras estoy contigo. Así que, no dudes en llamarme si necesitas algo, si quieres algo. Pedí mi cambio al nocturno, estaré aquí en las noches para cuidarte y que no te falte nada.— Mina sostenía las manos de Tzuyu entre las suyas. Cualquiera podría descifrar cuan enamorada estaba de la joven modelo. Realmente se le notaba, desde la forma en la que la miraba, su tono de voz y su preocupación hacía ella. Mina la amaba y no había duda de ello.

—Eres tan linda. Te... amo.— 

Mina sintió su corazón latir con desenfreno, eran las palabras que necesitaba para seguir sus impulsos y besar a la joven con desespero. Sus labios se juntaron en un beso apasionado, lleno de amor. —También te amo, Tzuyu— Dijo en los labios de la menor, haciendo a Tzuyu sonreír.



Losing to You (MITZU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora